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Constantemente, he echado “pestes” del País donde me ha tocado implantar mis raíces. Años de estudio, contemplación y reconocimiento, me ha llevado a la conclusión de que no es el País el motivo de mi rechazo sino parte de su gente y sobre todo, los que rigen su destino que es un acopio de mentes simples y resabiadas. Razono sobre él y proclamo que pobre de este País que han hecho de la calidad de vida un aquelarre y la baja estima poco fiable de su Justicia entre los españoles. Pobre de este País que ha engendrado públicos personajes nefastos sumiéndonos en el desconcierto.
El político: El político que a través de los años ensancha el sillón de su escaño y es un apologista de si mismo llevando a cuesta sus ideas. Narcisista y hasta embriagado de su ego. Llevan su amor propio hasta el extremo de saludar con cariño a los creadores de lemas y pancartas en su contra. Viven en una nube a la que intenta aferrarse para no pasar a testimonial y no pueden prescindir de la difusión que genera su nombre ya que no sólo controlan nuestra sociedad sino también nuestro precario bienestar y que no necesitan enemigos porque ellos se bastan solos. Los que acopian ideas que no se atreven ni a exportar y te miran fijamente desde un cartel de propaganda electoral con azulada mente y después resulta que son trileros de la imagen y pensamientos.
En el trascurro de un año, los políticos nos invitan a pasar tres veces más - papeleta en mano - por las urnas. Los gobernantes de turno no han sabido tirar del carro social y han dejado a los bueyes descontrolados tomar un camino diferente. Ahora, nos espera otra legislatura por estrenar y al mismo tiempo, se ha desencadenado un huracán de malos modos contra la voluntad del pueblo soberano, la Fiesta de la Democracia y otras metáforas con la que se llenan la boca algunos de ellos y su fiebre de alcanzar el poder para ocultar la trayectoria de Partidos Políticos que anteriormente han gobernado y hoy celebran sus reuniones entre rejas. El País, no tiene ninguna culpa de que puedan salir elegidos los mismos que nos arruinaron, saquearon y nos hundieron en la miseria. El País, como ente reconocible, sigue impasible contemplando la deriva social aunque preocupado de que tenga que volver al pasado. Nos
espera unos días dónde curiosamente, algunos, ya preparan la mudanza; acondicionan su mochila y preparan el viaje de retorno a su casa siempre y cuando no haya una multinacional esperándolo para que asesore el producto que fabrica y vende. Una puerta bien engrasada de giro bien definido para que no pierda su status y nivel de vida adquirido por ocupar un escaño y salario que no era decisorio y de poca incidencia para la mejora de la población, todo ello, sin olvidar su paso por caja que por apretar un botón o alzar la mano, ya es motivo de su sueldo.
Nos esperan unos días de personajes de antigua hornada con aderezada escalada dialéctica cansina y repetitiva. Vuelven las promesas y mentiras del “impasse” caducado; sin garantías de los que nunca han vivido al Sol. Mítines donde el desparpajo de los oradores nos da su palabra que con él en el poder, todos viviremos en un Edén y después observamos que el Paraíso es una exclusiva suya. Besan gentes en los Mercados y se rodean de niños para demostrarnos lo bien que asume nuestra derrota social y que está inmerso en/y con el pueblo. Ocultan la fiebre que sintetiza una vez conseguido su escaño y pasa olímpicamente de aquellas personas del Mercado y los niños que acarició. Mentiras, patrañas bien inculcadas a los cachorros de la derecha española que una vez más, no actualizan los mismos mensajes de los que antes gobernaron ya que les fueron adecuados y perfectos para engañarnos/sobornarnos; aquellos que hurgaron en tus bolsillos para palpar y llevarse tu dinero
En las Generales, Municipales, Autonómicas y Europeas, vamos a tener tanto entretenimiento que se nos va a olvidar la cuantía que gano las Eléctricas de Gobiernos que respeta y obedece el sangrarnos sin desconsuelo. El encarecimiento de productos básicos. Promesas de políticos rayanos en ofertas donde es más creíble que el excelso proxeneta Matamoros exponga un rasgo de dignidad. Vamos a soportar muchos anuncios ofreciéndonos un futuro prospero y dichoso, sobre todo, para que olvide la población de preguntar por qué no se hizo antes cuando gobernaban y que confiemos más en las palabras del “pavo” del blanqueador de silicona Cillit Bang de la bañera que en sus proyectos de personaje público.
Nos espera crispaciones, triunfos, derrotas o éxitos donde curiosamente, todos quedaran satisfechos con el resultado ya que la vanguardia de gestión prometedora y cuantificando resultados, no se atreverán a encuadrarla en la retaguardia del cataclismo que significa un engaño mas a sus votantes. Mientras, el País, aguanta impertérrito todo lo que le echen a sabiendas que sostiene una Democracia en pequeña dosis, parcelada…, manejada por individuos aferrados al poder de modo que nuestra desdicha no es culpa de él, del País, sino de los que acostumbraban y suelen manejar cuerdos a sus antojos intentando hacernos más tontos. Quizás una izquierda unida le cambie el semblante a nuestro País y lo veamos sonreír de satisfacción alejando la mala leche que siempre nos ha dominado ya que es la misma que nos ha sometido a la que llamamos con rictus amargo…, resignación.
Juan Marcelo
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