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Coincidiendo con el arranque de la Semana Santa el Ayuntamiento de Vera ha organizado la exposición de iconografía mariana Devotio Mariae que recoge imágenes de devoción popular del siglo XVII en adelante y que podrá ser visitada hasta el próximo 24 de abril en el Convento de la Victoria de Vera.
Se trata de una colección personal de Lidia Galera Mendoza que llega por primera vez al Levante Almeriense que fue inaugurada ayer por el alcalde de Vera, Félix López, la concejal de Educación, María Montoya, y la expositora, Lidia Galera.
Lidia Galera, que asistió ayer a la inauguración de la exposición, explicó a los asistentes que con esta colección “pretende ilustrar la riqueza iconográfica y devocional de las imágenes marianas, de singular importancia y variedad en el contexto de la escultura española, pero también de notorio interés devocional e ideológico”. Se trata de parte de una colección que debe entenderse también “desde una perspectiva antropológica y religiosa, reveladora de cómo las gentes han cifrado sus esperanzas en la mediación divina y han encontrado consuelo en la figura de María, ala que han querido tener cerca en forma material y sensible, que toma cuerpo en estas imágenes de oratorio” ha concluido la expositora.
Y es que la religiosidad popular hispánica ha canalizado buena parte de sus intereses, afectos, anhelos y afanes en torno a la figura de María, lo que ha valido la consideración de España como la “tierra de María Santísima”. La imagen de vestir constituye un género propio de la escultura barroca española, que alcanza su máximo auge en Levante y Andalucía, contribuyendo sin duda a la popularización de este arte. Es en la Edad Moderna cuando tiene su origen la imagen de vestir. Se trata, en un principio, de imágenes de bulto revestidas y aderezadas, que eran objeto de veneración en oratorios privados.
A pesar de la polémica sobre las imágenes religiosas que preside el siglo XVI, el uso de imágenes de vestir se consolida y pasa del ámbito privado al público, al tiempo en que triunfa la procesión en la segunda mitad del Quinientos cómo manifestación pública de fe con función de catequesis. Precisamente, la salida de las imágenes en procesión determina el cambio y creciente enriquecimiento en el aderezo de las mismas, un valor ético del adorno que viene a reflejar la belleza moral, espiritual y la autoridad divina. Hay en el adorno también una motivación social, que refleja la posición en la sociedad, de modo que aquellos que se encuentran bajo el patronazgo de determinada imagen compiten en aderezos con otras.
Según ha manifestado María Montoya, que ha sido la encargada por parte del consistorio veratense de organizar la muestra, “proponemos al visitante a esta exposición un paseo por el arte, la historia y la tradición, acerandole el testimonio y una manifestación de la devoción popular”.
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