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Esta mañana he ido al Paseo Marítimo a sentarme en una terraza. Al llegar he visto a un adolescente sentado en una mesa, estaba sin móvil, sin tablet y sin portátil. “Que extraño” he pensado, y preocupado por la situación he seguido observándolo ¿Será algún tipo de sicópata?
Al cabo de un rato, para sorpresa de los que allí nos encontrábamos, ha sacado un libro, sí, un libro en papel de esos que puedes abrir y olerlos. Como es lógico he llamado a la Policía Local para que intervenga pero al llegar se han visto sobrepasados por la situación.
Mientras consultaban el manual policial de “Como proceder ante Casos insólitos” ha comenzado a caer una fina lluvia y el extraño adolescente ha cerrado su libro desapareciendo entre la tenue luz que gobernaba en ese momento el paseo.
Cuento esto para prevenir a la gente que vive en Almería de que entre nosotros vive un adolescente con un comportamiento inaudito e inconcebible, quizá sea exagerado decir que estamos ante un peligro público, un perturbado o peor aún, un posible terrorista pero aconsejo estar ojo avizor y preparados para lo peor.
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