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- ¿Está usted seguro de que su Empresa ha desaparecido?
- ¡Cómo no voy a estarlo…!
- Bien… bien…A ver: ¡Cuénteme a “grosso modo” la incidencia!
- ¡¡¡No!!! Dejaremos el modo grosero y se lo contare a mi manera si no le importa: Resulta que la empresa nos concedió las obligadas vacaciones de Agosto como todos los años. El director general, se despidió de nosotros como hacia todos los años aunque esta vez hizo una breve alocución agregando a su discurso una frase que nunca había pronunciado antes como; “Disfrutar vuestras vacaciones y a la vuelta espero no ver ningún síntoma de rencor o resentimiento hacia nosotros” Frase que paso desapercibida y ahora comprendemos su significado. Hemos vuelto de las vacaciones y ya ve usted el panorama. Donde antes estaba ubicada la Empresa, hay un solar dejando pocas huellas de donde estaba instalada la misma. ¡Hasta el logotipo se han llevado! Y el letrerito de marras anunciando la próxima instalación de una Desaladora. ¡Una Desaladora a 600 kilómetros del mar! ¡Y mire al lado! Próxima apertura de un McDonald´s: ¡Debe de ser un escondrijo de la ubicación de las Armas de Destrucción Masivas de Aznar!
- Posiblemente. No se…no se. Es extraño. ¿Cree usted que un mes, ha dado tiempo a los responsables de su empresa a liquidar la misma?
- Conociéndolos como los conozco, estos han iniciado la descolonización de la Empresa antes de llegar yo a broncearme.
- ¡Esto es muy chocante!. Una Empresa cuando cierra, siempre tiene la delicadeza y detalle de explicar los motivos de su traslado o deslocalización a Taiwán y agradecer a sus trabajadores el esfuerzo realizado. Pero eso: ya no de cerrar sus puertas, sino de hacer desaparecer de la noche a la mañana, su ocupación y labor, parece ser una obra que dignificaría a cualquier tesorero de PP. ¿Tiene usted otro oficio, labor o actividad que pueda ejercer mientras averiguamos donde realmente se encuentra su empresa? ¿Donde ha ido a parar? ¿Qué ha sido de ella?
- No dispongo de otro oficio o labor: Una de mis funciones en la extinta empresa era precisamente la de formar y aleccionar al personal para casos como este en que una Empresa desaparezca de la noche al día. Prevenir a los trabajadores en métodos y conductas a seguir cuando suceda estos procesos pero admito que mi sapiencia, ha quedado desbordada. Que me han pillado, nunca mejor dicho, en bañador y poco aceitunado.
- Bien: Tomaremos cartas en el asunto. Apunto su desconcierto pero comprenda que hay casos que son más acuciantes que el suyo. La desaparición de una empresa mientras el personal esta de vacaciones, es alarmante pero estará de acuerdo conmigo en que hay hechos y casos que justifiquen nuestra dedicación mas vehemente que… ¡Perdón! ¡Me avisan por el pinganillo…!
-¿El pringradillo…?
- No: El pinganillo...
- ¡Ah…!
- Me avisan por el pringradi…¡¡¡ pinganillo, joder!!!... que se haga un seguimiento de un tal Jaúme Matas así como recopilar sus entretenimientos mas practicados durante sus vacaciones. Un concienzudo rastreo a Felipe González en su yate cuando practica el “buceo” extremo y averiguar de donde ha sacado el Cardenal Rouco Valera 500.000 euros para reformar su picade…su apartamento. Comprenda que la desaparición de su empresa, queda algo alejada de nuestra prioridad y no goza de preferencia. Tiene ante usted, una persona que ha empujado un arado durante quince años. Llegado a la ciudad, me han puesto un uniforme. Este uniforme, lo hago resplandecer y me atrevo a hablar de literatos como Kafka, Coelho o Camus sin tener ni puta idea. Lo único que he sabido comprender es el populismo…
- ¿Que es el populismo?
- Declaro ofensiva que me haga esa pregunta y más, vistiendo un uniforme. El populismo es... ¡La misma palabra, lo dice!; el populismo es… eso…
- ¡Gracias por la aclaración! Me tenía en un sin vivir. Vayamos a la cuestión: Estoy de acuerdo en que haya otras prioridades pero dígame que pasos debo seguir para que mi empresa de señales de vida. ¡Le exijo esclarecimiento…!
- Me va a perdonar pero empiezo a cansarme con su “exigente, severa y vehemente vehemencia” (Carlos Romea, escritor) No quiero emplear con usted un “desdeñoso desdén” (Carme Laforet, escritora) para desatender su preocupación. Ya le digo que tomaremos cartas en el asunto. Mientras, le conmino a que siga el rastro de las chimeneas de su empresa a través de gentes que irrumpe con renovados bríos en la escena política española. Rupturitas con un orden nuevo. ¿Se imagina repartir su empresa entre gentes del pueblo o movimientos sociales? ¿Empezar su búsqueda por nuevas mentalidades que está harta de ver a los políticos en defenderse más que ejercer? ¿Acogerse a lo moderno sin saber o notar que ese modernismo se añeja antes de tiempo? Nosotros estamos aquí averiguando el enigma de su Empresa. Nos hacemos eco de ello. Nuestro desvelo lo paga el pueblo bien aleccionado por los intereses creados y ahora usted pretende, o intenta sonsacarnos y zaherirnos el porqué no tenemos respuestas el haberse quedado sin empleo. ¿Su empresa navegando a aguas más apacibles debido a que el Club de los Empresarios pide abaratar el despido? ¿Que los contratos laborales siempre son firmados en una barra de hielo? ¿Y usted? ¿¡Haciéndonos culpables de no encontrar la puerta de acceso a su trabajo? De esa exigencia a aplaudir la llegada de nuevos pensamientos sociales/virginales como PODEMOS como fórmula para romper la hegemonía de lo establecido tradicionalmente, puede ser tentadora pero aquí, el único que puede dar respuestas fidedigna e inequívoca, somos nosotros; los amos del cotarro. Los que todavía tenemos esperanza de que todo siga igual. Los que poseemos la magistral fórmula de “descolocar” al personal. Donde logramos cementerios de parados donde no existen cruces visibles ni mucho menos responso que nos pueda condenar. Pero volviendo a lo nuestro…
- ¿A lo nuestro?
- Si: A la mágica y asombrosa desaparición de su empresa que…
- ¡Ah…si…! Se me había olvidado. Pues no se qué determinación tomar. Haciéndome eco de su proclama, no tengo más remedio que inculcarme un auto-terapia de que todos los años trabajados en la misma ha sido un sueño. Un privilegiado por haber tenido una ocupación aunque la misma haya sido utópica. Quizás algo que nunca ha ocurrido. Viendo el desolador y deplorable panorama que usted me presenta, los años trabajados voy a almacenarlo en mi mente como un proyecto divagado, quimérico. Vamos; que nunca se ha realizado. Que todo fue un pérfido delirio.
- Entonces, haciendo un esfuerzo para volver a la realidad: ¿No piensa presentar algún tipo de denuncia? No desea imputar a sus antiguos dirigentes. ¿Ha cambiado de idea y ve que la única solución es depositar confianza en el PP para localizar de nuevo a su empresa?
-¿Denunciarles?
- ¡No, coño! Me refiero a los directivos de su empresa
- Ah…bueno. ¡En que estaría pensando yo! No. ¿Para que? Posiblemente a estas horas, esos directivos ya hablen en chino y no se les entenderían. Habrán borrado de sus ordenadores frases o etapas comprometidas e imputables muy a la orden del día: Me consagrare en cuerpo y alma a la promesa fabulosa de “los amos del cotarro” que manejan el País como si fuera sus dueños o que encuentre mi Empresa entre los archivos de un Bazar Chino si los mismos no han sido robados o traspapelados. Haré un esfuerzo para intentar comprender como hay gentes que siguen votando a esos tropeles de malabaristas encargadas de desmantelar empresas y sumir en la necesidad y privaciones a sus trabajadores.
Juan Marcelo
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