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Follar; lo que se dice follar y más a cierta edad cuando prevés cipreses que se ventilan por acción del viento o calderas que manejan muy bien los incineradores de traje negro y corbatas descoloridas mientras practicas el fornicio con una señora desconocida aunque sea compañera o se llame Carmen de Mairena, puedes sufrir un ataque al corazón por accionarlo sin control dado que la pieza del cañón donde se gestaba tu mira, acierto y batalla, ya le falta hasta la dinamita. Este hecho, como buenos artilleros, mueren al pie del cañón o fallecen por vocación de servicio donde ya se contempla las fragilidades y debilitadas prácticas humanas aunque algunos obvie y no recurra al reloj vital que indica no ser demasiado entusiasta y que modere su ímpetu: Todo acompasado y que la fogosidad no sea tan impetuosa e impulsiva como la libido de celebrar a promover la pasión ante las nuevas elecciones o ser el próximo asesor de Donald Trump.
En el 2.013, - que entonces, llovía como debía en mi pueblo, Carboneras, y no ahora que la única lluvia que recibimos es cuando revienta una cañería– un afortunado francés moría mientras practicaba el fornicio adúltero con la encargada de comidas para perros mientras trabajaban los dos en el Súper. Los familiares de la víctima, han pleiteado para que la Justicia gala considere el hecho como horas extras aunque no reflejado en el Convenio, acogiéndose al apartado “rigor mortis” como accidente de trabajo y la autora de tal desaguisado, la compañera de trabajo, ha sido relegada de su puesto y ya ocupa - debido a su amaño y destreza en colocar “las piezas en su sitio” - como asesora de construir un armario de Ikea sin que le sobre una arandela.
El hecho más extraño es que el Tribunal haya considerado que el “cadáver del occiso ya bien catalogado por forenses como interfecto ya que siendo un cadáver, no está clara la cosa hasta que esté bien muerto” el citado Tribunal haya dictaminado que es un acto muy bien considerado en la vida cotidiana como ir a votar dos veces seguidas o que te tachen de “ignorado votante” en el mismo año y sobre todo que un empleado se encuentre en su desplazamiento de trabajo, caso del finado, en que lo asiste la Seguridad Social independiente de que se pase la jornada follando, vacío que el Convenio Colectivo no contempla o no hace mención del mismo. La Legislación de los que todavía piensan que Europa empieza en los Pirineos, saben que no es el Estado quien pague los polvos entre cajas de cartón sino la Empresa Privada la que sufrague la pensión que corresponde a la afligida familia detalle que esa empresa han incluido en la aceptación del personal como primordial en el “currículum vitae” (Sección 1.5; ¿Follas mucho…? ¿Te gusta las horas extras? ¿Te aburres en el trabajo?)
¿Cuántas criaturas en edades otoñales esperando su pronta jubilación han caído en las redes de tener acceso a aventuras con compañeras de trabajo como culminación a una de las últimas satisfacciones que se puede permitir? En el supuesto de encontrar avenencia de la compañera, ¿Piensa que harto de hacer “horas extras” tu corazón va a permitir esa euforia y acelerado ritmo cardiaco? ¿Y la viuda? ¿Le van a pagar esa pensión no como años cotizados sino como esas “horas extras” acumuladas en la última tentativa?
Habría que pedir/solicitar al Gobierno - sobre todo, que no sea en funciones ya que en mi particular lista de antónimo sería defunciones - algún que otro artículo de nuestra Seguridad Social para echar un polvo en condiciones en un almacén; una fabrica, y que no altere nuestro motor orgánico que nos permita en “horas extras” - siempre respaldados bajo la atenta mirada de un cardiólogo , un auxiliar, un psicólogo y curiosos que se quieran agregar a contemplarnos – para así asegurarnos nuestro coito y darle carácter más formal y social al asunto en cuanto a satisfacción y seguridad haciendo constar el testimonio en un acta pública y que tenga a bien exponer en el Tablón de Anuncios de la empresa…, fotos incluidas.
Debido a ello, propongo a Sindicatos que no estén vendidos a la Patronal y Colectivos Sociales que gozan de mi predilección, elaboren un documento y eleven la propuesta a Ministerios surgidos de la última comparecencia en las urna para darle carácter oficial que en caso de súbito fallecimiento, independiente del sexo o identidad de la pareja, sea considerado como accidente laboral ya que la labor de echar un buen polvo en horarios laborales, dignifica a los/as sujetos y realza la seriedad y confianza de la firma en el Mercado Internacional.
No es de recibo que no figure en nuestro catalogo de la Marca España, empresas que no dispongan de la innovación en primicia relevante que en los veinte minutos del bocadillo, no incluya a parejas dando rienda a sus sentimientos más íntimos entre cajas de productos destinados a la importación con el slogan; ¡Este acto, lo paga la Empresa…!
Juan Marcelo
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