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La sociedad está atemorizada, desde China nos llega una terrible amenaza en forma de Virus dispuesta a acabar con el ser humano como especie. Leyendo la prensa la conclusión a la que llegas es clara. Vamos a morir todos pero si llevas mascarilla alargarás tu existencia un poco más, quizá semanas.
Para ser conscientes de que nuestros días están contados solo tenemos que hacer un viaje en la memoria y recordar cuando fuimos aniquilados por la Gripe A, o cuando la Gripe Aviar desató la peor de las epidemias fulminando en pocos meses a la especie humana. Yo aún recuerdo esos días con las calles repletas de cadáveres que más tarde se acumulaban en montones para ser incinerados. También tengo presente cuando morí contagiado de Ébola, una pandemia que desde África llegó a occidente en avión y por más que se intentó controlar acabamos todos contagiados vomitándonos unos a otros.
Ahora nos llega el CoronaVirus, también conocido como neumonía de Wuhan, que con síntomas parecidos en principio al de un simple resfriado penetrará en nuestros cuerpos para segar de forma irremediable nuestras vidas, lo que nos llevará a morir de nuevo sin que podamos evitarlo. Desde distintos grupos de poder se está presionando a la Organización Mundial de la Salud, OMS, para que declare esta nueva epidemia como “Emergencia Mundial” sin embargo, al menos hasta el momento, dicen que no cumple los requisitos mínimos para hacer esta declaración. ¿Acaso el personal de la OMS no mira los medios de comunicación? ¿Es que no entienden que estamos ante un nuevo apocalipsis?
Este mortífero Virus lleva atacando sin piedad a la especie humana varios días y son nada menos que 47 los fallecidos hasta ahora, si tenemos en cuenta que nuestro planeta cuenta con aproximadamente 7.300.000.000 habitantes, por una cuestión de probabilidad es increíble que aún no te haya tocado a ti o a mí, supongo que es cuestión de tiempo. Mi consejo, al menos yo si lo voy a hacer así, es que tenemos que aceptar esta cruda realidad e ir despidiéndonos de nuestros seres queridos.
Y como última reflexión decir que “Una mente asustada se torna más proclive a absorber el discurso del tirano”.
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