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En estos días en los que como sociedad nos enfrentamos al Covid-19 en todo el mundo, también hay circulando otros virus que no ayudan y que hacen mucho daño en la lucha frente al coronavirus. Contra esos otros virus también es preciso actuar ya, especialmente en estos momentos en los que todos los esfuerzos deben ir en la dirección de vencer al Covid-19.
Cada día se están inundando todas las redes sociales de otros virus, que conocemos coloquialmente como “bulos”: noticias falsas o, como hoy quiero yo llamarlos, los virus de autor. De autor porque los hace una persona concreta con una malsana intención.
Ejemplos los hay de todos los tipos y en todos los formatos: desde audios de Whatsapp, como el de la señora que le habla a un tal Jorge sobre las mascarillas, vídeos, memes o hasta la carta difundida por la Junta de Andalucía en redes sociales, con el consejero de Salud y Familias de Andalucía denunciando ante el Ministerio de Sanidad algo que literalmente es mentira —“que se han requisado a una empresa de Jaén 150.000 mascarillas que estaban preparadas para enviárselas al Servicio Andaluz de Salud”—, lo que ha dado pie a una cadena de mensajes falsos que operan como un virus, confundiendo, engañando e indisponiendo a miles de personas. Éste es un ejemplo palmario de los virus de autor a los que me refiero.
Mientras se lucha por alcanzar el éxito contra el coronavirus, los bulos o virus de autor en relación con esta pandemia tratan de entorpecer de manera cobarde la hoja de ruta marcada por quienes en estos momentos tienen la enorme responsabilidad de dirigir esta lucha en la que nos va tanto como sociedad.
En estos casos, hay que recordar que sólo una persona es la que impulsa la cadena del contagio, produciendo un bulo y lanzándolo a las redes. Esa persona debería recibir el mayor reproche social posible, pero mientras esto se produce o somos capaces de establecer legalmente mecanismos para que se castigue de forma ejemplar, la vacuna que todos podemos ponerle a estos virus de autor, a los bulos, es no compartirlos y borrarlos: así se para la cadena de contagio, así se corta su transmisión. El siguiente paso debería ser recorrer en sentido inverso la cadena de transmisión, hasta identificar al autor del virus.
En cualquier caso, no hay que perder de vista que, mientras algunos se dedican a intoxicar, tenemos a muchas más personas haciendo lo que hay que hacer en estos casos: luchar con responsabilidad, cada uno desde su ámbito, para acabar con el verdadero virus.
Así lo están haciendo nuestros sanitarios, quienes están yendo a trabajar en el resto de sectores esenciales para que el país siga funcionando y quienes se están quedando en casa. También está trabajando de manera ejemplar el Gobierno de Pedro Sánchez, que, en apenas unas pocas horas, ha sido capaz de poner en marcha un paquete de medidas por valor de 200.000 millones de euros para hacer frente a los efectos económicos del coronavirus, con medidas específicas para las familias, los trabajadores, los autónomos y las empresas. Para valorar la dimensión justa de esta cifra, hay recordar que supone casi un 20% del PIB del país.
Las medidas son muy numerosas y pretenden dar respuesta a todos los efectos sociales y económicos del coronavirus, pero hay que recordar que sólo forman parte del primer paquete aprobado y que vendrán más en los próximos días, porque el Gobierno de Pedro Sánchez no va a dejar a nadie desamparado.
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