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El temporal que azota esta semana la provincia de AlmerÃa, especialmente la zona de Levante, a vuelto a dejar un rastro de destrozos en la ciudad de Vera.
Hay que recordar que la erosión en la playa naturista de Vera Playa es una constante en los últimos años, y que ya hay aprobado por parte de Costas un proyecto de recuperaciónn de las playas situadas entre el puerto de Garrucha y el delta del rÃo Almanzora mediante la construcción de espigones, una medida que volvió a confirmar el delegado del Gobierno José MartÃn en la visita que realizó en septiembre del pasado año, cuando un fuerte temporal causó importantes destrozos una vez más en la zona playera del municipio.
El Partido Popular de Vera, que gobierna en el municipio, presentó en un Pleno celebrado el 30 de septiembre una moción, aprobada por unanimidad, al Gobierno de España en un paso más de los muchos que se han dado en los últimos años intentado solucionar los graves problemas derivados de los temporales que están erosionando gravemente la zona costera conocida como El Playazo, “un frente costero que representa uno de los principales activos turÃsticos y económicos dentro del segmento de sol y playa, además de ser un reclamo para muchos vecinos de municipios cercanos y visitantes”, afirmaba la moción.
La realidad hasta la fecha es que, tal y como afirma el alcalde veratense, Alfonso GarcÃa, “la actuaciones por parte del Ministerio han consistido tan solo en la aportación de arena para la temporada de playas, algo que sólo resuelve de forma temporal y durante la época estival la necesidad de una playa seca cercana a la zona urbana, lo que supone una medida provisional que en ningún caso resuelve los graves problemas de regresión que está sufriendo nuestra costa”.
Tanto los vecinos como el propio Ayuntamiento esperan que Costas actúe de manera urgente para que se construyan cuanto antes los espigones en la costa ya que evitarÃan esta acusada erosión en el futuro y mejorarÃa la situación actual. Algunos vecinos han sufrido ya los primeros daños en el interior de sus viviendas y jardines, donde ya ha entrado el agua del mar.
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