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Alcolea entierro de la zorra
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La última edición del Entierro de la Zorra ha conseguido reunir en Alcolea a más de 900 personas, lo que constituye “todo un éxito de participación, si se tiene en cuenta el tamaño del municipio”, según ha destacado el alcalde, Cristóbal Baños. El Entierro de la Zorra es una fiesta tradicional alcoleana que el actual equipo de Gobierno socialista decidió recuperar hace tres años y que está registrando un crecimiento “espectacular, tanto por la implicación de los vecinos de Alcolea, como por la gran afluencia de visitantes que recibe el municipio durante ese fin de semana”.
“El objetivo de dar a conocer una tradición que viene de antaño y que estamos recuperando se ha cumplido sobradamente”, ha asegurado Baños, que ve “con ilusión” que año tras año siga aumentando “el número de visitantes que acuden a Alcolea para disfrutar de su hospitalidad, su gastronomía y su forma alegre y desenfadada de vivir el Carnaval”.
Esta edición del Entierro de la Zorra ha sido posible gracias al trabajo del personal del Ayuntamiento, pero también de todos los colectivos del municipio, que “colaboraron de manera muy importante en el desarrollo de la fiesta”. Entre esos colectivos, tuvieron un papel destacado la Banda Municipal de Música, los grupos de baile Alcolaya y Prealcolaya, las alumnas del Taller Municipal de Danza, la asociación de mujeres Pequeña Fortaleza y la asociación de la tercera edad Santa Rosa de Viterbo.
La jornada comenzó dese temprano con una ‘buñuelá’, una exhibición de baile y un concurso de pasodobles, todo en la plaza de la Iglesia, donde también se instaló un mercado de productos de la Alpujarra. El alcalde ha destacado que “este entorno, con la iglesia como telón de fondo y la Fuente al Aceitunero, resultó muy adecuado, ya que se trataba de escenificar actividades recuperadas de la tradición alcoleana”.
Ya al mediodía, muchos asistentes se trasladaron hasta la plaza del Ayuntamiento para recuperar la tradición de “comer al raso” y degustar el tradicional cocido de ‘cardo hinojos’, ofrecido por el Ayuntamiento y preparado y servido por el restaurante Sol y Luna.
Ya por la tarde, tuvo lugar el pasacalles y el cortejo fúnebre de la zorra. El cortejo fue acompañado por la banda de música de Alcolea y una multitud disfrazada, que acompañó a la zorra y asistió a la lectura del pregón, el sermón y el testamento del animal. Después se procedió a la quema de la zorra y al reparto de chucherías entre los menores.
El Entierro de la Zorra es una fiesta pagana que se remonta a antes de la Guerra Civil y que quedó prohibida durante la Dictadura en el municipio. A pesar de ello, muchos alcoleanos intentaron conservar la tradición y celebrarla, siendo reprimidos por ello por parte de las Fuerzas de Seguridad y llegando, incluso, a terminar encarcelados. Precisamente el deseo de que no se perdiera definitivamente una tradición como ésta y la intención de promover el turismo en la localidad llevó al actual equipo de gobierno a recuperarla y a organizarla cada año.
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