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Paco Benzal, viajero del alma
Cuando se conoce a Paco Benzal, uno se da cuenta de que su escritura se corresponde perfectamente con su persona. Así, ese mismo carácter optimista, positivo, de que hace gala nuestro autor en la distancia corta, lo traslada con naturalidad a la literatura. Es el caso de El Secreto de la Piedra de Ronda, una novela corta de páginas pero larga en intensidad y en altura de miras. Fácil y sencilla de leer pero, paralelamente, profunda en su contenido y en el mensaje que nos quiere transmitir.
En ella, Paco traza la historia de una piedra concreta, la de Ronda, como un camino de búsqueda e iluminación personal. La trama es sencilla. Todo comienza con una sesión de hipnosis durante una travesía en barco que realizan unos escolares y sus maestros en un viaje de fin de estudios. Por boca de Santiago, un alumno de 14 años, este revela a los asistentes a esa sesión de hipnosis unas nociones elevadas de espiritualidad humana, impropias de su edad, lo que deja descolocado a Nicolás, su mentor. Y, paralelamente, le comunica la existencia de una piedra mágica, especial, destinada a cambiar la historia de la humanidad.
A partir de ahí, el autor nos participa las vicisitudes de Nicolás cuando decide seguir el rastro de la piedra. Y nos traslada las dudas, los miedos, las vacilaciones, incluso el desconcierto que le genera su búsqueda. Por eso, en el más amplio sentido de la palabra, su protagonista, Santiago, es un caminante, lo mismo que el narrador. Y ambos siguen un camino de perfección. El primero, por persona interpuesta (un oráculo interior) y el segundo de propia iniciativa tras asumir que esa experiencia iniciática le abría un campo inédito de experimentación a nuestro viajero del alma concretada en la búsqueda de esa piedra. Una búsqueda no necesariamente lineal, pero sí constante, como un río que va alternando en su recorrido la mansedumbre de la llanura con los sinuosos meandros o los vertiginosos rápidos.
El problema es que esta novela te hace querer más durante todo el libro y sus apenas noventa y cinco páginas se hacen demasiado cortas para lo que hubiera dado de sí esta historia. Por eso el abrupto y casi precipitado final te deja un poco decepcionado. La novela merecía más, tiene un potencial fascinante y merecía un final más trabajado por el autor y un mayor recorrido argumental. Me hubiera gustado saber más cosas de la vida de Nicolás, qué le pasó a partir de esa experiencia determinante en su biografía personal. Y que me hubieran contado la historia misma de esa piedra que se le cae a nuestro jeque en su huida de Al – Andalus.
En cualquier caso, es una novela amena, ágil, fácil de leer y – en un mundo que ha pasado del pensamiento único al pensamiento mínimo – nos hace pensar y detenernos siquiera cinco minutos a reflexionar, lo que no es poco. Y nos transmite un mensaje: dado que hay tantas piedras como hombres, deben haber, por lo tanto, tantas búsquedas de esa piedra como personas existen. Y es que, como Santiago y el propio Paco, todos, en mayor o menor medida, buscamos algo, aunque no sepamos verbalizar esa búsqueda en su sentido trascendente.
Por eso, el único secreto de la piedra, su revelación, su auténtico arcano, es que está en cada uno de nosotros. Sí, la piedra nos llama a todos. Para muchos, como los musulmanes, esa búsqueda tiene un camino perfectamente trazado que termina en la mezquita de la Meca donde guardan la piedra sagrada de la Kaaba y, por eso, entre las prescripciones coránicas, figura la de visitar este lugar santo al menos una vez en la vida. El resto, nos tenemos que labrar nuestra propia búsqueda, como hace Kubric con el célebre monolito en la película 2001, una odisea en el espacio.
Muchos se preguntarán cuál es la composición de dicha piedra o qué poderes mágicos tiene como para ser tan importante para la humanidad. En principio, parecen dos preguntas especialmente complejas. Pero la respuesta es tan liviana como la misma novela: la piedra está formada por la misma materia de que están hechos los sueños.
Por Manuel Reinaldo Méndez.
Escritor. Premio de Literatura de Viajes de Benicassim.
Diplomado en Criminología por la Universidad de Barcelona.
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