Hace diez años, a comienzos del mes de octubre, el Obispo de Almería, Mons. Adolfo González Montes, puso la primera piedra del actual Colegio Diocesano San Ildefonso. Desde entonces, hasta el día de hoy, este complejo educativo ha ido experimentando una serie de mejoras y ampliaciones, en favor de la educación católica de la infancia y la juventud, dotándole de las instalaciones y los medios adecuados para una enseñanza de calidad.
Con la inauguración y la bendición del Pabellón de Usos Múltiples este sábado pasado, por parte del Prelado de Almería, se completaron las instalaciones del centro educativo, destinado a los fines de la escuela católica.
El acto estuvo secundado por el equipo de profesores del Colegio, alumnos y padres, sacerdotes colaboradores con el centro, además de algunas personalidades representativas de la sociedad almeriense y la vida política, como fue el caso del Subdelegado del Gobierno que, a título personal, acudió con su esposa.
El representante de la titularidad dirigió unas palabras a los presentes al comienzo del acto, seguida de una breve descripción técnica del nuevo recinto por parte del arquitecto. A continuación, Mons. González Montes agradeció a todos su presencia, así como tuvo una deferencia especial con los involucrados en la materialización de esta empresa.
El Director pedagógico del centro presentó la actuación de los niños, estrenando así el escenario que preside este Pabellón. A reglón seguido, se procedió al rito de bendición de las instalaciones, que presidió el Obispo diocesano, finalizando con el descubrimiento de la placa conmemorativa y el himno del Colegio, interpretado por el coro de los alumnos.
Los asistentes pudieron realizar un breve recorrido por las instalaciones y disfrutar de un vino español que puso el punto y final al programa de actos confeccionado para este día importante para el Colegio diocesano San Ildefonso.
A continuación reproducimos las palabras pronunciadas por el Sr. Rector, D. Juan Antonio Moya, durante el acto de inauguración:
Excmo. Y Rvdmo. Sr Obispo
Ilmo. Sr. Subdelegado del Gobierno que, a título personal, ha querido acompañarnos hoy, junto a su esposa
Hnos. sacerdotes:
Claustro de profesores y personal no docente
Padres y madres de alumnos:
Han transcurrido diez años, desde que se pusiera la primera piedra de este complejo educativo, aquel 3 de marzo de 2004. La apuesta decidida de nuestro obispo en favor de la educación católica de la infancia y la juventud ha sido decisiva en todo este proceso. Nada más llegar a nuestra diócesis Mons. Adolfo González Montes, puso en marcha un programa de regeneración y relanzamiento de los distintos centros, organismos e instituciones formativas de la iglesia local, recibiendo una atención especial el Seminario Conciliar y el Colegio Diocesano de San Ildefonso para el que destinaría un espacio propio, dotándole de las instalaciones y los medios adecuados que le permitiera desarrollar una enseñanza de calidad.
El 18 de octubre de eseaño 2004 se inauguraba el pabellón de infantil, que posibilitaba cursar por primera vez en nuestro centro esta etapa académica. Se iniciaba en este momento el proyecto de escolarización bilingüe que supone un 50% de inmersión lingüística del alumnado en el inglés, usando la lengua extranjera como lengua vehicular. A día de hoy podemos asegurar, con datos contrastados, que el sistema adoptado ha sido todo un éxito, pues tal como esperábamos, este aprendizaje ha repercutido positivamente en la adquisición de otras capacidades intelectuales, no retardando, sino mejorando el rendimiento general del alumno.
El compromiso de mejora de la calidad educativa nos llevó a renunciar progresivamente al concierto educativo, para poder recuperar la libertad de gestión de nuestro centro, avanzando al mismo tiempo en la clarificación y afianzamiento del ideario o carácter propio.
Las instalaciones necesarias para albergar los cursos de primaria y secundaria, junto con el pabellón administrativo, se inauguraron enfebrero de 2009; contando aquel día con la presencia distinguida del nuncio de su santidad.
Esto nos dio la oportunidad de poder cursar también por primera vez en nuestro centro la etapa de bachillerato, que viene impartiéndose desde entonces con excelentes resultados en las notas de selectividad.
La creciente demanda de las familias y la imposibilidad de dar abasto a las numerosas solicitudes de escolarización, hicieron necesario ampliar una segunda línea duplicando así el número de plazas. El 22 de diciembre de 2010 el obispo diocesano bendecía tres nuevas aulas para infantil.
El cerramiento y la edificación de la terraza de la segunda planta del aulario, cuya obra finalizó en el primer trimestre de 2012, ha permitido contar con los espacios necesarios para el desdoble de primaria y secundaria.
Quedaba pendiente el gimnasio, que no es una cuestión prescindible ni accesoria. Es una exigencia legal en todo centro educativo y viene a culminar el planteamiento inicial, ofreciendo las condiciones óptimas para atender adecuadamente las necesidades reales de nuestro Colegio.
Al incorporar el escenario buscamos obtener el máximo aprovechamiento, no sólo para salvar las dificultades de un salón de actos que se nos queda pequeño en los grandes eventos, sino también para poder albergar puntualmente algunos acontecimientos de carácter diocesano. Por todo ello se ha provisto de un acceso directo por la calle Haza de Acosta, lo que evita el tránsito innecesario de personas por el Colegio.
De esta forma, el pabellón de usos múltiples del Colegio Diocesano de San Ildefonso completa las instalaciones de este complejo educativo destinado exclusivamente a los fines propios de la escuela católica.
Agradecemos al Obispo diocesano la ayuda y el respaldo que ha mostrado en todo momento, alentando, sugiriendo, supervisando… en definitiva, haciendo posible que el proyecto saliera adelante.
Nuestro agradecimiento también a la dirección facultativa: los arquitectos D. José Sánchez y Dña. Adelina Salinas, así como a D. José Lobo, aparejador, que han puesto todo su empeño en hacer valer la profesionalidad, el buen gusto y la calidad, asumiendo ciertamente la obra como algo suyo.
Mención especial merecen las constructoras Zoi y Torresa, por su buen hacer y su actitud formal, abierta y facilitadora desde el primer momento.
Quiero dar las gracias de corazón, al director pedagógico, D. Cristóbal Belmonte, por su diligente asesoramiento y su implicación directa durante todo el proceso de diseño y ejecución, lo que ha supuesto para mí una ayuda constante y eficaz.
Mi agradecimiento también al SANUR que nos ha equipado con todo lo necesario para intervenciones de urgencia, especialmente con el desfibrilador semiautomático, facilitando así que todo el Colegio sea reconocido por el Servicio Andaluz de Salud como espacio cardioprotegido.
Por ultimo doy las gracias a todos los técnicos que han intervenido en el acondicionamiento de este recinto, los encargados del equipo de iluminación y megafonía y todas las empresas que de un modo u otro han contribuido al resultado final que ahora contemplamos.
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