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Pocos artistas almerienses han sido tan queridos y tan populares internacionalmente como José Padilla Sánchez. El Auditorio Municipal Maestro Padilla acogió el sábado este tributo al músico que le da nombre, reuniendo además a varios artistas de la tierra, que acompañaron su obra con su cante y baile. En este merecido homenaje que comenzó a las 19:30 horas se combinó la música del maestro con la narración de su vida.
El actor Julio Béjar fue el encargado de ir desenmarañando el hilo conductor del espectáculo: situado en un palco lateral cercano al escenario, interpretó a un periodista que contaba la vida del maestro Padilla a través de un reportaje que tecleaba afanoso en su máquina de escribir. Así, entre escena y escena, se intercalaban las canciones más destacadas de cada uno de los momentos de la carrera del músico.
Las obras del Maestro fueron interpretadas magistralmente por los instrumentos de la Banda Municipal de Música de Almería, bajo la batuta de Michael Thomas; pero también por otros artistas. Así, la Escuela Municipal Taurina acompañó con una pequeña exhibición de su arte el popular pasodoble dedicado al torero Julio Gómez Cañete, ‘Relampaguito’. Siguieron a ésta ‘Bajo el cielo de Madrid’, ‘La bien amada’ y ‘Valencia’, bellamente cantada por la soprano Celia García. También puso voz a ‘Princesita’ el tenor Juan de Dios Mateos.
Mientras el periodista relataba desde su redacción del palco lateral cómo la música de José Padilla derribaba fronteras, comienzan los compases de ‘Ça cést Paris’, himno oficioso de la capital francesa durante años, ciudad que acogió al Maestro hasta su muerte. También ‘La violetera’ contó con un acompañante de excepción, aunque éste en dos dimensiones: un fragmento de la película muda de Charles Chaplin ‘Las luces de la ciudad’ se proyectó mientras sonaba la popular canción. Antes de esta proyección se explicó que dicho film está basado en la obra y argumento del propio Maestro Padilla, que ganó una demanda a Chaplin por usarla sin su consentimiento y que hoy es reconocida internacionalmente como de su autoría.
Con ‘La mala hembra’, la bailaora almeriense María La Rabota desplegó toda la pasión del arte flamenco, fusionándola con esta intensa canción y aderezándola con los compases de su taconeo. A los Himnos de la Virgen del Mar y de Almería les puso voz la Coral Emilio Carrión, en pie bajo la imagen de la patrona de la capital.
Como broche de oro a una tarde memorable, sonó ‘El relicario’. La pareja de baile formada por Alejandro García y Marta Faura salió al escenario por segunda vez, en esta ocasión con un toque muy español para interpretar este pasodoble. En esta actuación final repitieron también bajo los focos y en un homenaje conjunto, María La Rabota, con un espectacular movimiento de su mantón; y los cantantes Celia García y Juan de Dios Mateos.
Este colofón final levantó al público de sus asientos, que aplaudió entusiasmado a todos los artistas reunidos sobre el escenario. Sin duda, este homenaje tuvo el sabor y el calor de la tierra que tanto amaba José Padilla.
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