Ruteando por el Cabo de Gata

Hola. Ya se que me estoy descuidando con las crónicas y que la semana pasada tampoco hice, pero tranquilos que os la debo.
Este sábado fue una ruta tranquila, pero pasaron muchas cosas. Para empezar esta vez mis compañeros del Llano decidieron pasar por el banco y salir desde Carboneras.
Esa mañana estábamos siete personas que practicábamos mtb, pero tres decidieron salir por su cuenta porque según ellos, éramos demasiado fuertes.

Los cuatro restantes salimos dirección Aguamarga, subiendo la cuesta a la playa de los muertos con un buen ritmo, cuando nos dirigíamos a la chumbera, vimos a lo lejos un pequeño grupo de ciclista que luego resultaría ser más grande.
Entramos en la vía verde y apretamos el ritmo hasta que al poco rato alcanzamos al grupo que vimos antes. Eran cinco, pero mas adelante había otros seis. Cuando se reagrupo el grupo entero me di cuenta de que estaba un amigo, de Pozo Blanco, con el que hacía tiempo que no coincidía y con el que además me llevo muy bien. Estuvimos un buen rato hablando y preguntándonos por nuestras cosas porque puede hacer que no lo viera desde hace un año.

A la gente le apetecía ir a la cala del plomo que se encuentra en Aguamarga, así que terminamos de hacer la vía verde y fuimos hacia allí. El ritmo era tranquilo y tampoco había muchas prisas. Enganchamos la rambla para bajar al plomo y mientras llegábamos a la cala estuve hablando con un compañero del Llano que me comento que la semana pasada no hice la crónica de la ruta, a lo que le dije que no se preocupara, que seguramente hiciera en esta semana la crónica de la semana pasada.

Una vez llegados al plomo nos hicimos unas cuantas fotos y contemplamos el magnífico paisaje de esta parte del cabo de gata. Dicen que en el plomo hay un sendero que lleva a la cala de san pedro.
Como soy un despistado, me entretuve haciendo unas fotos y hablando con un amigo, y no me di cuenta de que la mayor parte del grupo se había ido. Así que me toco pegarme una serie para cogerlos de nuevo. Volvimos por la misma rambla del plomo y paramos en una fuente que hay a mitad más o menos de dicha rambla.

Al rato llegamos al cruce del Argamason y nos adentramos de nuevo en la vía con dirección para el pueblo, momento que aproveché para proponerle a mi amigo de Pozo Blanco que nos hiciéramos unas series, a lo que me respondió que sí. Empezamos a apretar y permanecimos a la par todo el tiempo, pero ninguno de los dos se echaba atrás y el ritmo subió. Cuando llegamos al puente roto (a la mitad de la vía verde de Carboneras más o menos) se subió otra vez el ritmo un punto, pero no podía dejar que me ganara esa serie y a pesar de llevar el pecho al limite y de tener las piernas tocadas, agache la cabeza y solté varios tirones para ver básicamente como reaccionaba mi compañero. Faltaban trescientos metros para acabar la vía y pegué el último apretón para dejarlo atrás, pero él se mantenía siempre a mi par y llegamos los dos juntos al final. Puedo decir que esa fue una de las mejores series que me he hecho en mucho tiempo. Por mi parte acabé con el pecho fundido, pero contento y con el espíritu satisfecho porque tampoco él consiguió dejarme atrás.

Cuando llegamos al pueblo nos fuimos a tomarnos unas merecidas tapas, y eso es todo por hoy, os recuerdo que la crónica de la semana pasada seguramente la haré durante esta semana (o no).

Un saludo.