La Plaza Vieja de Almería fue escenario en la noche de ayer de los cinco conciertos organizados por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería para conmemorar el Día Europeo de la Música. Tras la disputa de la gran final del Rock In Lei, con las actuaciones de Solonadie, Suddenly Flatline y Proyecto Eskhata, la música se prolongó en el centro de la ciudad hasta bien entrada la madrugada con dos actuaciones de gran altura. Una selección de solistas de la Clasijazz Big Band bautizados como Clasijazz Septet y con el plato fuerte de Javier Corcobado, un polifacético artística, símbolo de la escena underground desde la década de los ochenta y con fuerte vinculación con la provincia almeriense.
“He vivido seis años en Almería, donde no volvía desde 2008 y estoy muy feliz por estar aquí esta noche”. Así confesaba Corcobado su agradecimiento con una provincia en la que ha compuesto y grabado alguno de los trabajos de su amplia discografía, una novela y un libro de poemas. Un artista que ha destacado siempre por la, incluso a veces excesiva, intensidad de sus textos y su manera de sentir la música, llevada a escena con una teatralidad e interpretación solemne, sobria y entregada hasta las últimas consecuencias. Anoche, en el concierto estrella de la velada, no iba a ser menos. Arrancó además con alguna de las composiciones más accesibles y conocidas de su cancionero, como la imperecedera ‘Carta Al Cielo’, la declamatoria ‘Les Falta Amor’, la opresiva ‘¿Por Qué Estoy Tan Triste? (teniéndolo todo)?’ o la dinámica ‘La Canción Del Viento’.
Apoyado por la versatilidad elegante de una banda compuesta por Jesús Alonso al mando de las baquetas, Juan Pérez Marina en la guitarra, Sergio Devece en el bajo y Julián Sanz Erizonte en los teclados, melódica y coros, el repertorio continuó su camino con cada vez mayor presencia de público en las primeras filas y de pie, dejando a un lado las sillas habilitadas. Así, Corcobado se lanzó con la habitual ‘Le Poninçonneur Des Lilas’, deudora de la chanson française, la cruda versión del ‘Te Estoy Queriendo Tanto’ de Manuel Alejandro, que popularizaron en España años más tarde artistas como Raphael o Rocío Jurado, o la más virulenta ‘La Navaja Automática De Tu Voz’.
Cada vez más entonado y cómodo sobre las tablas, Corcobado volvió a demostrar su ‘almeriensismo’ invitando a su antiguo guitarrista Javier Arnal, con quien compartió una intensa ‘La Libertad’, ‘Adiós Estrella Del Dolor’ y ‘El Futuro Se Desvaneció Ayer’, tres temas referentes y fijos en los repertorios.
Para el tramo final del concierto, Corcobado asió la guitarra eléctrica para descargar los pasajes más poderosos de la noche, demostrando el porqué de su apodo ‘el duque del ruido’. Así, sonaron más agresivas canciones como ‘Si Te Matas’, ‘Catorce’ o ‘Canción Pequeña 2’, con la que se despidieron por primera vez de su público entregado. Aún quedaban en la recámara dos temas, la confesional ‘A Nadie’ y el delicioso aquelarre festivo y mortuorio de ‘Caballitos de Anís’, después de más de hora y media de actuación de gran carga simbólica.
Septet Clasijazz, lecciones de improvisación
Un par de horas antes, los solistas Julián Sánchez (trompeta), Voto García (trompeta), Enrique Oliver (saxo tenor), Antonio González (saxo alto), Pablo Mazuecos (piano), Bori Albero (contrabajo) y Ramón Prats (batería) se reunieron bajo el nombre Clasijazz Septet, para dar la bienvenida a su manera al verano, tanto con temas propios, como con standards de la historia del jazz, plenos de energía, y baladas estremecedoras.
El septeto ofreció un gran espacio para el diálogo entre los solistas, sustentado por el insinuante empuje de la sección rítmica de piano, contrabajo y batería. Acordes de piano, latidos del contrabajo, acentuación de cobre, voz quebrada de la trompeta insinuando una emoción a la que respondía el deje sinuoso del saxo. Cambios de ritmo constantes, a veces con cadencia previsible, otras con un desarrollo improvisado que hizo las delicias tanto del públicos más avanzado en el género, como los neófitos que quisieron disfrutar de una propuesta de una calidad más que contrastada y que, en definitiva, completó la amplia gama de variedad ofrecida anoche en la Plaza Vieja para conmemorar el Día Europeo de la Música.
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