|
|
| PUBLICIDAD
|
Anoche, el Teatro Apolo vibró desde sus cimientos con la música de Nixon y ‘El último fuego’, su nuevo disco. Con un sonido lleno de potencia, los almerienses hicieron dar palmas y bailar a los asistentes al primer concierto de su gira nacional, gracias a su particular estilo. Este primer álbum de larga duración es un trabajo conceptual con una gran carga filosófica en sus letras, que no está reñida con sonidos contundentes y llenos de energía. Nixon ofreció toda una clase magistral de lo que un espectáculo de pop rock alternativo debe ser, agitando a un público totalmente entregado que llenó la sala.
El concierto comenzó puntual, con ‘el orador infinito’, Juan Morales, que recitó un poema con el fuego como protagonista, un elemento que estaría presente durante toda la noche, como símbolo del incendio que estaba a punto de producirse dentro del Apolo.
Tras este sugerente arranque, Dani (Guitarra), Sergio (Bajo), Pedro (Batería), Alejandro (Vocalista) y Juanmi (Guitarra), fueron saliendo uno a uno al escenario para interpretar el preludio inicial de su disco y a continuación ‘Alter Ego’. Tras este inicio, la banda hizo un pequeño repaso a varios temas de su anterior disco y llevó a sus seguidores por un ‘Viaje Interestelar’, tras el que pidieron un aplauso para el propio público. Sus ‘Diamantes’ brillaron más que nunca, al igual que ‘Alex´s Song’, que arrancó las primeras palmas.
El nuevo disco comenzó a desgranarse poco a poco a partir de ‘Infinito’, a la que siguieron ‘Interludio’, ‘Estoy’ y ‘Ojos de cristal’. El grupo aprovechó este tema, dedicado a los niños de la guerra, para animar al público a colaborar con el proyecto Irembo Foundation, demostrando que la solidaridad es un valor esencial para ellos, no solo en sus letras.
‘Partida de ajedrez’ precedió a diversos agradecimientos, entre otros al Ayuntamiento de Almería, por la cesión del Teatro Apolo, así como a todos los fans que los han apoyado para sacar su disco a través de una campaña de crowdfunding.
“¿Vamos a darle caña, no?”, gritó Alejandro, agitando a los ya enfervorecidos fans. Con ‘Karma’ se vivió uno de los momentos más intensos de la noche, con el público de pie, bailando y cantando con la banda, cuyo vocalista bajó al patio de butacas para animar aún más el ambiente.
‘La vida es un segundo’ y ‘Hoy’ despidieron el concierto momentáneamente, ya que al poco tiempo de que los reclamos de bises se apagaran, Alejandro y Juanmi aparecieron en el patio de butacas. Una nueva canción interpretada solo con guitarra, voz y el acompañamiento del público, demostró la calidad vocal de Alejandro y la sólida base del estilo de Nixon, original y con personalidad propia.
Volviendo al escenario, el Apolo llegó a la máxima exaltación con ‘Echo de menos Berlín’ y ‘No puede ser’, en las que la batería brilló con luz propia y con las que asientos y escenario se fundieron en uno al ritmo de la música para convertirse en una fiesta.
|
