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Absorto me quedo cuando analizo con estupor como ciertos ministros son jetas y encima les añado inteligencia. Recurro a lo evidente y me aclara la cuestión. ¡Menos mal…!
El caso es que un día te levantas de la cama y compruebas que tus calzoncillos dejan un inquietante huevo al aire y rumias las veces en que lo evidente te ha desnudado y te puede propinar unos estacazos inesperados.
Es un símil pseudo-aceptado cuando buscas trabajo: Engordas/cebas de manera desproporcionada el currículo y hasta alardeas de un inglés de su Ministro del Interior. Luego, la evidencia te coloca en tu sitio y quedas como el futuro del Hotel Algarrobico, ya que no superaste el Graduado y exhibe un inglés de chancletas, que no te da ni para el “I like it” O te ligas a una chica y le cuentas que escalaste el Himalaya a bordo de un submarino o que fuiste el Gurú que proporciono a Eduardo Inda un poco de cordura. La evidencia, está a punto de derrotarte.
Es cierto que a veces, la evidencia tarda mucho en asomarse y da tiempo a que la mentira/engaño cuaje y hasta se vuelve productiva en propio beneficio, pero a la larga, ni los tertulianos del 13-TV, te salvara, ya que lo evidente se hace presente y aporreara tu puerta poniéndote en pelotas…, y eso que la evidencia, suele llamar varias veces: Es consistente.
Hay un dato que viene a mi arcaica memoria: Fue cuando nuestra dulce gacela, José Luis Rodríguez Zapatero (Bamby, para los profanos) no dudo en enseñar su tentador trasero cuando la evidencia lo dejo con el mismo al aire. Todas sus frases lanzadas a las nubes de la quimera hasta que la evidencia apareció por el horizonte y enseño su ramalazo de realidad. Sus números rojos que el trataba de camuflarlo y encima, se empeñaba en negarlas. Al final, la evidencia se impuso y se tuvo que ir sin haber tocado el libro “Economía para lelos” en busca de errores que no fueran tan evidentes.
Rebusco en el pergamino que tengo alojado en la cabeza para encontrar a un político que haya trabajado diez horas encerrado en una fábrica. No lo encuentro y pienso que no son tontos y que no aprenden más porque no les interesa. Viven mejor así; con engaños continuos; promesas que el aire lleva a otro sitio que no es otro que sus propios intereses y si alguna vez aparece la evidencia, muestran su sorpresa y la disfrazan con eventos solidarios. Lo importante es capear el temporal ocultando la evidencia…, como niños jugando con paletas en la playa. Siempre hay un aserto perdido o aparente para utilizarlo y encima, quedan como mártires.
-Lo dijo un Ministro no hace mucho: “Gobernar, es repartir dolor” Creí en su momento, que se refería a que abandonemos las enseñanzas de Kamasutra para pasar al “doctorado” del Masoquismo. Más tarde – me convencí – es que acaban por repartir el dolor de forma inversamente proporcional a la capacidad de sufrimiento. Mas o menos…, se aplica el látigo a quien ya está harto de recibir. A quien ya tiene el cuerpo rebosante de penalidades. Es evidente que la evidencia, en palabras de este ministro, no tuvo trabajo.
Hoy en día, estamos gobernados por el “evidenciado” Rajoy y su evidente cortejo que no enseña el culo pero si sus pelotas desvestidas por la evidencia que ya no puede oculta. A Marianico el Recortes, la evidencia le da para cambiar el color a condición dejando a un camaleón en pañales y vuelve a insistir que sus intenciones son buenas. Lo bueno sería que esos impulsos de fracasos continuos no fueran tan evidentes como para rascarse el bolsillo que no los calzoncillos que hasta le han dejado con los dos huevos fuera.
En este 2017, ya ha sacado a relucir lo evidente: Subida de productos básicos como la energía y carburantes, el IBI, las bebidas azucaradas y un intento de penalizar en un 3,50% a los masturbadores compulsivos a través de Internet. Parece ser que nuestro Mariano, acoge lo evidente y asume no tener que rectificar. Asimismo, acata la realidad de lo evidente y se posiciona generosamente hacia los 16 pueblos de dominio PP que se han subido el sueldo un 30% mientras las pensiones se estancan en 0,25% que evidencia lo evidente.
Si Mariano ha reformado la evidencia para no tener que dar explicaciones tipo Cospedal, puede que le salga bien, ya que como digo más atrás, no tiene que dar explicaciones: “Esto es lo que dije y esto es lo que he hecho” Lo malo son los componentes del Mercadillo de la Abstención: Los que tratan de superar la evidencia. Es de imaginar que el “evidenciado Isidoro”, aporte ideas y no como últimamente acostumbra: ¡Que cada frase que lanza, lo pone en evidencia!
Juan Marcelo
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