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El 14 de junio es una fecha señalada en el calendario de todo amante al fútbol. Es el día en que en Rusia comenzará la edición número XXI de la Copa del Mundo. A menos de cuatro meses de que ocurra, es momento de analizar el estado de las teóricas favoritas en las apuestas a alzarse con el trofeo Jules Rimet. Dentro de ese pelotón de cabeza, aparece España junto a Brasil, Alemania, Francia, Argentina e Inglaterra, con Portugal como posible selección revelación tras conquistar, contra todo pronóstico, hace solo dos años la Eurocopa que se disputó en Francia.
Alemania
Los números hablan por sí solos. Alemania es la vigente campeona y recientemente se hizo con la Copa Confederaciones dejando en casa a sus principales estrellas. Por si fuera poco, ha completado la fase de clasificación perfecta al contar todos sus partidos por victorias en el Grupo C. Tras despedirse del Mundial de 2010 en semifinales, Alemania supo reinventarse. Los alemanes realizaron un profundo cambio interno a las categorías inferiores para emular el sistema de España fuera y dentro del campo. Joachim Löw, admirador confeso del juego de la España de Luis Aragonés, no dudó en modificar una filosofía tan arraigada por un juego más de toque y de triangulaciones, sin dejar de lado el físico y la competitividad que siempre les caracterizó.
Ahí están los éxitos recientes en el primer equipo y entre las categorías inferiores que convierten a esta Alemania en un adversario temible por todos. El actual seleccionador puede conformar incluso dos equipos y los dos estarían en condiciones de revalidar la actual corona. Con dos jugadores de talla mundial por puesto, Alemania jugará con su clásico 4-2-3-1 en la Copa del Mundo. La duda está en saber quién será el encargado de custodiar el arco. Manuel Neuer, indiscutible desde que diera el salto a la absoluta, está lesionado y posiblemente no se recuperará a tiempo. Por lo tanto, podría ser el turno de Marc-André ter Stegen. El del Barcelona es su ‘alter ego’. Cuenta con unos grandes reflejos, buen posicionamiento y un gran juego de pies, clave en el inicio de juego de los alemanes. Ha ganado en experiencia en el Barcelona desde la marcha de Claudio Bravo al Manchester City y ha sido el que ha sustituido hasta la fecha a Neuer.
Brasil
La llegada de Tite ha supuesto un ante y un después en Brasil. Con el nuevo técnico, la selección sudamericana se parece otra vez a la que puede presumir de haber ganado a lo largo de la historia cinco títulos mundiales. Los brasileños han asumido con naturalidad la vuelta a los orígenes al primar con Tite el talento sobre el juego táctico. Ese retorno al ‘jogo bonito’, que históricamente les ha caracterizado, permitió a Brasil pasearse por las Eliminatorias Sudamericanas y cerrar dicha fase con 41 puntos, es decir, con diez más que el segundo, que fue Uruguay.
Dentro del organigrama de Tite hay dos jugadores clave: Neymar y Casemiro. El ‘diez’ es el líder de la generación que ha tomado el mando del vestuario en estos momentos. Su desborde, facilidad en el regate y gol pueden llevar a Brasil hasta su primer trofeo desde el cosechado en 2002 en Corea y Japón ante Alemania. Hay dudas sobre cómo llegará al Mundial. Neymar cayó lesionado en un partido con el PSG y se perderá los últimos meses de competición, por lo que se halla en una batalla contra el crono para recuperarse de una rotura en el quinto metatarsiano del pie derecho. Tiene tiempo para ponerse a tono físico, pero se presentará sin apenas ritmo de competición en las piernas. Ese talento que rebosa Brasil en la actualidad precisa de un futbolista que guarde la espalda a Neymar, Coutinho, Gabriel Jesús y compañía. Hablamos de Casemiro, quien ya corre por más de uno en el Real Madrid. Su potencia física suple las carencias defensivas de muchos de sus paisanos. Importante para Brasil que llegue fresco.
Francia
Como Brasil, la Francia de Didier Deschamps es otra de las candidatas que rebosa juventud y además tiene mucha hambre. Cabe recordar que se quedó a una victoria de conquistar la pasada Eurocopa. Durante los dos años de transición, el equipo francés ha crecido y ha ido incorporando nuevas estrellas del futuro para completar un plantel repleto de jugadores de contrastada calidad y ya con espacio en los grandes de Europa, como es el caso de Dembelé (Barcelona) o de Mbappé (PSG). El hecho de no tener que tirar del carro puede favorecer que aflore su calidad a lo largo del torneo. La renuncia del equipo francés a los servicios de Karim Benzema ha convertido a Antoine Griezmann en el delantero del equipo. El galo está de sobra capacitado para asumir dicha responsabilidad porque desde hace años juega en el Atlético de Madrid por el centro y muy alejado de la banda, donde despuntaba en sus inicios en la Real Sociedad.
Francia quedó primera del Grupo A de clasificación por delante de Suecia y Holanda y demostró entereza para salir airosa de los malos momentos porque durante un instante corrió peligro para sus intereses la plaza directa al Mundial.
España
Un escalón por debajo de Alemania, Brasil y Francia se encuentra España. La Selección, al contrario que hace cuatro años, no carga con la vitola de gran favorita y eso puede jugar a su favor porque tiene argumentos para bordar una segunda estrella en el pecho. El cambio de etapa en el banquillo supuso un relevo generacional en la base del grupo necesario que Julen Lopetegui ha sabido llevar a cabo.
Lopetegui ha bajado la media de edad y ha devuelto a España al nivel de sus mejores años. La ‘Roja’ es otra vez tan peligrosa con el esférico en los pies como sin él porque los jugadores españoles presionan la salida de balón de sus rivales muy arriba. El juego que un día enamoró está de vuelta ante la buena química que hay entre dos viejos estandartes del ‘tiqui-taca’ como Andrés Iniesta y David Silva con la savia nueva, que fluye por las piernas de jugadores como Thiago Alcántara, Isco Alarcón o Marco Asensio. La duda está, como es habitual, en la delantera. La vuelta de Diego Costa a la titularidad en el Atlético de Madrid le da ventaja con respecto a otros delanteros a los que Lopetegui ha usado en su ausencia.
En el fútbol moderno, el centro del campo es la línea más importante en el juego y ahí no hay selección que tenga más recursos que Lopetegui. El actual seleccionador ha añadido a las armas del pasado un mayor trabajo táctico en las acciones a balón parado y la facilidad para adaptar al equipo a diferentes dibujos. A lo largo de la fase de clasificación, la Selección ha intercambiado el 4-3-3 con el 3-4-3 sin renunciar nunca a llevar el peso del partido desde la posesión. Se presenta en Rusia tras ganar nueve de diez partidos en la fase con un empate contra Italia a domicilio como resultado más negativo. De hecho, todavía no conoce la derrota con Lopetegui en el cargo, aunque, en el horizonte cercano, España tiene dos duros amistosos ante Alemania y Argentina para preparar la cita mundialista.
Argentina
Llegó la hora de la verdad para Leo Messi. Si quiere retirarse con un Mundial en su palmarés, Messi deberá marcar la diferencia en Rusia. Solo tiene una oportunidad para repetir lo que Maradona hizo con Argentina en México y poder así zanjar el debate sobre quién es el mejor de todos los tiempos.
Su Argentina tuvo más problemas de los previstos para obtener un billete directo y todavía está en proceso de adaptarse a la libreta de Jorge Sampaoli. El ex del Sevilla acudió al rescate de los suyos y ha traído consigo un mayor rigor táctico a un equipo que seguirá, no obstante, jugando para el crack del Barcelona. Messi es el alma de un bloque que quiere olvidar en Rusia el dolor sufrido hace cuatro años con la derrota frente a Alemania en la final de la anterior Copa del Mundo. Nadie duda de la calidad de los jugadores que tiene a su alrededor y si consiguen compenetrarse, pueden llegar tan lejos por el torneo como en la pasada edición. Sampaoli parece tener claro el equipo titular, a excepción del portador del nueve. Desde su llegada, ha probado con varios jugadores en esa posición y las papeletas se las reparten entre Gonzalo Higuaín, Mauro Icardi y Lautaro Martínez, quien se ha destapado esta temporada como la gran revelación en el campeonato argentino.
Pese a contar con un bloque con mucha experiencia, Argentina no puede confiarse en la primera fase. El sorteo le colocó en el Grupo D, uno que puede resultar un tanto engañoso. La albiceleste debe enfrentarse a la competitiva Croacia, al físico de Nigeria y a una Islandia dispuesta un torneo más a hacer historia. Cabe recordar que los islandeses llegaron a cuartos de final en la Eurocopa de Francia y nuevamente jugarán sin presión alguna.
Inglaterra
A nivel de selecciones, Inglaterra es lo que era el Atlético de Madrid hasta la llegada de Diego Simeone, un equipo que genera grandes expectativas antes de un gran acontecimiento y después se estrella con estrépito. Ha sido una constante desde que se alzase con su único título en 1966. La historia puede cambiar en Rusia. Después de mucho tiempo, los ‘three lions’ tienen un equipo por encima de las individualidades. Jugadores como Rashford, Alli o Sterling han puesto su talento al servicio del colectivo y todos corren en una misma dirección. Si a su gran centro del campo le unes la puntería de Harry Kane, tienes una selección que puede firmar su mejor actuación en los últimos años. Todos forman parte de grandes equipos en la Premier League, por lo que saben lo que es competir al máximo nivel.
Como de costumbre, los ingleses dieron la talla en la fase previa y obtuvieron el billete directo al acabar al frente del Grupo F con 26 puntos con ocho victorias y dos empates en diez partidos, habiendo anotado 18 goles y encajado solo 3. En otras palabras, Inglaterra llega a Rusia como invicta al igual que Alemania y España. Gareth Southgate ha conseguido inundar de esperanza a una afición ávida de alegrías después de demasiadas decepciones seguidas. Los ingleses se despidieron de la última Eurocopa en octavos, pero sin duda infundan mucho más respeto que entonces.
Portugal
La selección de Portugal carece de entrada del cartel de favorita, pero cuenta en sus filas con Cristiano Ronaldo. El luso está otra vez a su mejor nivel y ya fue clave en la victoria de Portugal en la pasada Eurocopa con sus goles. Su puntería dentro del área está de vuelta, como demuestran los 22 tantos que ya atesora para entrar a última hora en la pelea por el Pichichi. Como Messi, la de Rusia será su última Copa del Mundo para tratar de escribir su nombre en el palmarés y conseguir lo que no hicieron en su día Eusebio ni la gran generación de Luis Figo. Ronaldo llegará, además, más descansado que de cara a otras citas internacionales, ya que ha comprendido que no puede disputar todos los minutos, entrando en las rotaciones de Zinedine Zidane como uno más de un tiempo a esta parte.
A diferencia de otros Mundiales, Ronaldo no jugará solo. La absoluta se ha nutrido de jugadores que han despuntado en las categorías inferiores para conformar un bloque incluso más competitivo que con el que participó en la pasada Euro. A la pegada de Ronaldo hay que unir las infinitas cualidades de Guedes, la aportación de Silva en la creación o la experiencia de Pepe en labores defensivas. El combinado luso coincidirá en el Grupo B con España, Marruecos e Irán, por lo que debería tener problemas para sortear con éxito la primera fase. Pasando como segunda, Portugal podría, eso sí, tener un primer cruce complicado ante Uruguay. Desde la tercera plaza cosechada en 1966, los lusos han llegado como mucho a cuartos de final. Ocurrió en 2006, mientras que en la pasada edición no pasaron ni de la primera fase.
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