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Me alecciona mi Regadera que el hecho de que los americanos hayan elegido a un loco como Donald Trump, para que los gobierne, ha servido para que los que los cándidos españolitos que votaron a Mariano Rajoy, se hayan quitado los complejos de encima. “Menos mal – añade mi Regadera - que hemos tenido la previsión de no hacernos a sus “imagen y semejanza”
Desde un altozano externo a la locura de un País, que ya no se basta a sí mismo con las dos Españas del poeta sino que necesita otras muchas para darse por saco, el panorama, no dejaría de recordar o rememorar una casa de putas. (Pido perdón por recurrir a una frase hecha, donde aun no entiendo el porqué su autor se erigía a defenéstrala y convertirla en caos de desorganización posiblemente de las cuantiosas veces que las visitaba) Quizás, no había una hipoteca en que nunca llegarías a la meta, pero si compitiendo y dando rienda suelta y hasta la talla en la corrupción en espera de consuelo y algún que otro galardón al cruzar la cinta.
Tampoco es manco el hecho de asistir, en un País con las crisis hasta las cejas que hasta los pollos “al ast” de nuestro mercadillo de los jueves en Carboneras, acceda el aroma de los pimientos caducados del puesto cercano, sinónimos de una desunión tan desfavorable para que nada, en ese estropicio, se arregle. Rememorando a Lampedusa – con alguna licencia a conveniencia – estamos en la tarea de “no cambiar nada para que nada cambie” Vamos: Como si quisiéramos que los tres jinetes de Apocalipsis – el de la Victoria, no tiene sentido, igual se halla en una casa de putas…, que si tiene sentido – entrasen desde Adra a Pulpí hasta alcanzar la última aldea.( Mi Almería, con un Gobierno de frenesí derechista - donde no escarmentamos - que monopolizan hasta el tiempo y dispone de tontos utilizables)
Curioso que desde mi altozano; mi Faro de Carboneras, externo a la locura de un País que ya no se basta a sí mismo para iluminar la imagen de dos proyectores, huérfano de un tic del desprecio al mundo esquilmado, perjudicado, y el otro, camino de bajar los recovecos del camino con chofer incluido. Mi Faro de Carboneras, impoluto, que ya ve sin sorpresa lo que ocurre en sus faldas, y que rápidamente, se cobija en sus alturas: Como huyendo.
Uno, cuya compañía más fiable es mi regadera, se pregunta: ¿Qué pasa con las cárceles? ¿Han hecho un ERE y sólo caben los ladrones de bicicletas? Encima, cada día, machacando al parado, al que las pasa negras con datos muy concretos sobre el robo que se ejecuta a sus espaldas: que si diamantes, comisiones y viajes a paraísos tribales donde no son putas sino personas de decencia sin cuestionar dedicadas al sustento familiar. Todo ello, me lleva a la diatriba de asumir o pedir perdón por no consentir sus robos. ¿Somos anti-patriotas por no hacer la vista gorda al robo como institución? Después, analizo y completo mi “tesis” y ahondo en el proceso del deterioro social imparable. Me acuerdo de la Calidad de Vida y me adentra en un mundo donde me remonta a cuando Boaddil, camino de Motril, ni agua le ofrecieron. De esa Calidad de Vida reivindicando aquellos, nuestros maravillosos años, de peste Inquisición y mierda en sus calles. Con Reyes tiranos, derecho de pernada y miserias a espuertas dejado patente que la historia no se vuelve hacia atrás sino que se repite en nuestros días.
Claro, que ahora, tenemos un Rey que besa la mano a un Cardenal de oscuro pasado e inquietante futuro. No refrendado por el Pueblo sino impuesto. ¿Y el pueblo? Pues el pueblo, hasta los cojones…, un momento ideal para mandarlo a todo a hacer gachas. Dotados de un cheque en blanco donde hacen y deshacen en su nombre. No le llegan ni por asomo las soluciones a sus problemas puntuales y observa cómo la fuerza de tanto irresponsables se va por las cloacas de la politiquería muchas veces partidista donde el sillón no entiende de reclamos ni protestas ciudadanas, lo cual, significa que nos prometieron trabajar duro pero es más fácil mostrar indiferencia para que el mullido de ese sillón, conserve su confortable asiento.
Ahora, analizo, si no somos un País o una Institución de Gremios Dispares. Que estamos como para unir fuerzas… A lo mejor, en un Apocalipsis, nos fusionamos todos…, o todos nos vamos a tomar por culo. Es una bola incandescente donde todo es posible y seguro que cabemos todos donde las ideas queden desiertas: Un pasado ilusionario, un presente incierto y un futuro que se presagia lleno de incertidumbres. (Menos mal que tenemos las canciones de Manu Tenorio para soportar la existencia con aguante o acudir al suicidio colectivo)
Juan Marcelo
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