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Desde el origen de la humanidad, el uso de materiales ha estado unido al desarrollo de tecnologías. Hace miles de años eran los propios materiales que generaba nuestro planeta los que nos servían como ayuda. Solo hay que echar un vistazo a épocas como el comienzo de la fundición de metales para asistir a cambios de ciclo. Después llegaron los materiales sintéticos, como el plástico. Hoy se sigue evolucionando en el desarrollo de nuevos compuestos, que tienen mucho que ver con la tecnología actual y la del futuro.
Grafeno, la revolución del siglo XXI
Pantallas flexibles, móviles transparentes, redes de fibra óptica capaces de desarrollar velocidades más rápidas y hasta materiales de construcción son algunas de las aplicaciones que se le han descubierto al grafeno, un material que apareció casi por casualidad.
De hecho, según los expertos podría usarse en cualquier cosa y convertirlo en un objeto inteligente. Además, al tratarse de un material cuya base es el carbono, se pueden desarrollar compuestos biocompatibles.
España es uno de los productores principales de este material. Martín Martinez Rovira, dirigente de empresas de grafeno, destacó las posibilidades en campos tan importantes como el de la medicina, en el que se están logrando impresionantes avances.
Pero también se está empezando a probar en otras industrias como la aeroespacial, el desarrollo de nuevos materiales de construcción como un hormigón mucho más resistente y ligero, que permitiría reducir la carga de un edificio sin afectar a la fuerza de la estructura.
Desde este grupo de empresas se habla de otros muchos avances tecnológicos gracias al grafeno. Barcos con cascos más duros, disipadores de calor para procesadores móviles y una lista que podría ser interminable.
Nanocelulosa, el “plástico ecológico”
Los plásticos están presentes en muchos componentes tecnológicos, entre otros elementos. Y el problema principal está en el impacto ambiental que producen tanto en su elaboración como al acabar su vida útil. La solución parece estar en los compuestos de nanocelulosa, un material cuya base es la celulosa y que no genera ningún tipo de residuo, por lo que no tiene efectos contaminantes.
Se está probando ya en la creación de fibras textiles, cartonaje y hasta cremas para el cuidado de la piel, con muy buenos resultados.
Fibra de carbono, más fuerte que el acero
La fibra de carbono posiblemente sea el material más conocido, ya que con él comenzó el desarrollo de nuevos compuestos aplicados a la tecnología. Con una resistencia similar a la del acero, tiene una fuerza cinco veces mayor, teniendo un peso menor que el del aluminio. Además, puede soportar la humedad, con lo que no hay riesgo de corrosión. Ya se utiliza en la fabricación de piezas para la industria aeronáutica, energías renovables, informática y un sinfín de aplicaciones.
Tecnología y materiales, siempre avanzando juntos
Estos materiales sirven como ejemplo de lo mucho que depende la tecnología de que se desarrollen avances en otros campos. Especialmente en el de los materiales, sin los cuales no se habría logrado una evolución como la que tenemos. A su vez, la tecnología también ha ayudado a encontrar el modo de obtener estos nuevos materiales, y lo seguirá haciendo en el futuro con otros, sin lugar a dudas. En definitiva, se trata de un círculo virtuoso gracias al cual disponemos de cosas que hace unos años, muy pocos, o se consideraban simple ficción o no se esperaba poder lograr en esta generación. Hoy las damos por sentado, pero suponen toda una revolución, como la mayoría de las cosas que nos rodean hoy en día.
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