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Los teléfonos móviles han adquirido una importancia vital en nuestra vida cotidiana. La evolución de los actualmente conocidos como smartphones los ha convertido en el punto central de unión de los consumidores y las empresas, gracias a las gran cantidad de funciones que ofrecen. Todo ello se resume en las aplicaciones móviles, que ofrecen a los usuarios un nuevo mundo de posibilidades inimaginable hace apenas unos años. Unas aplicaciones móviles que, junto a los ordenadores, han contribuido a la digitalización del sector del juego. Un impulso decisivo de los casinos que no ha parado de crecer desde que el Gobierno regularizara la actividad y concediera las licencias para operar en el territorio español en 2011.
Según el último informe anual de mercado de juego online estatal, elaborado por la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), el sector del juego online en España ha movido, en términos de cantidades jugadas, 17.349 millones de euros durante el año 2018. Unos datos que representan un incremento del 30,5% respecto al año anterior (13.298 millones). Los casinos online siguen siendo uno de los segmentos más populares, junto con las apuestas, para los jugadores españoles. Un segmento que ofrece una amplia variedad de juegos clásicos que se han adaptado a las versiones modernas que se pueden encontrar en Internet. Entre ellos destaca el blackjack, uno de los juegos de cartas más importantes del mundo.
Historia del blackjack
Aunque no se sabe el origen exacto del blackjack, la mayoría de las teorías sitúan su aparición en España. Los historiadores toman la obra picaresca Rinconete y Cortadillo de Miguel de Cervantes como referencia de su aparición en el territorio nacional. Esta obra, que pertenece a la serie de novelas conocidas como Novelas Ejemplares (1613), recoge la primera referencia escrita de la historia que se tiene sobre este juego de cartas, que era conocido como veintiuna. Sin embargo, otros historiadores consideran que el juego que conocemos actualmente como blackjack deriva de Francia, donde a finales del siglo XVII se jugaba al Vingt-et-Un (21). Este juego de cartas, que desciende del Chemin de Fer y French Ferme, tiene las reglas que más se parecen a la versión que se juega hoy en día en los casinos.
Más allá de su origen, su verdadero nombre con el que se ha popularizado a lo largo de la historia procede de los casinos estadounidenses, país en el que el juego desembarcó con los colonos franceses a raíz de la Revolución Francesa. En sus inicios, el juego de cartas no adquirió la popularidad que había alcanzado en el continente europeo, por lo que los salones de juego decidieron modificarlo para hacerlo más atractivo para los jugadores de la época. Para ello empezaron a regalar bonificaciones a aquellos jugadores que conseguían una mano con un As de picas (carta de color negro o Black en inglés) y una Jota (carta que en inglés se conoce como Jack). Desde ese momento, el juego comenzó a popularizarse con el nombre de blackjack.
Reglas básicas
El blackjack consiste en conseguir 21 puntos mediante la suma del valor nominal de las cartas. Una dinámica realmente sencilla que se puede aprender en cuestión de minutos. De hecho, muchos jugadores principiantes se inician directamente aprendiendo estrategias para saber cómo ganar al blackjack con métodos válidos en los casinos, tanto físicos como online. El jugador compite directamente con el croupier, que representa a la banca. Para ganar una partida tiene que obtener una puntuación superior a la del croupier, aunque siempre sin pasarse de 21 puntos, ya que si lo hace pierde la partida automáticamente. Al inicio de la partida, la banca reparte dos cartas a cada jugador, que tiene la posibilidad de plantarse, quedándose con las cartas iniciales, o bien puede pedir otra carta.
El croupier también recibe dos cartas, aunque una de ellas boca abajo. Si su puntuación inicial fuera 16 o menos tiene que recibir otra carta, mientras que si tiene 17 o más puntos está obligado a plantarse. Todas las cartas del blackjack del 2 al 10 tienen el valor correspondiente a su enumeración. Las figuras (J, Q y K) suman 10 puntos cada una. Por su parte, el As es un 10 o un 1 en el caso de que la primera cifra hiciera que el jugador se pasara de 21 puntos en la jugada. De esta forma, el jugador que consiga 21 puntos con sólo dos cartas gana automáticamente la partida ya que consigue blackjack. En este juego de cartas se utiliza una baraja estándar de 52 cartas, aunque siempre se juega con más de una baraja.
Curiosidades del blackjack
Desde sus orígenes, el blackjack siempre se ha jugado con una sola baraja de cartas. Una regla que se modificó en el año 1961, cuando el famoso conteo de cartas se popularizó por Estados Unidos. Una estrategia que permitía a los jugadores obtener una mayor ventaja en las partidas para derrotar al croupier. Por este motivo, la Junta de Control del Juego de Nevada reaccionó introduciendo en el juego el zapato de cartas, donde se podían almacenar hasta ocho barajas distintas. Un dispositivo imprescindible, ya que permitió a los casinos acabar con el conteo de cartas y los distintos fraudes por parte de los jugadores.
El croupier representa al casino y cuenta con una pequeña ventaja con respecto a los jugadores, ya que su jugada siempre es la última en la mesa. De esta forma, si los jugadores que han jugado antes se han pasado de 21, sus fichan irán directamente a la banca. A pesar de ello, el blackjack es un juego de cartas que depende mayoritariamente del azar, aunque la habilidad técnica y la estrategia del jugador también puede tener un peso importante en el devenir de la partida. En cualquier caso, los jugadores, especialmente los principiantes, tienen que tener en cuenta que la mano con valor de 16 es la peor mano posible en el blackjack, debido a que con toda seguridad el croupier va a tener una mano superior a este resultado.
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