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Las mascotas son seres tan tiernos, amables y cariñosos que llegan a ser una parte importante en la vida de las personas. Estos animalitos siempre terminan siendo parte de la familia y sus dueños siempre procuran que éstos tengan los mejores cuidados para que estén a gusto y no presenten ningún tipo de problema de salud o emocional. En cierto modo, es tratarlos como sus propios hijos, así de grande es el amor que se profesa a las mascotas.
Sin embargo, a veces es necesario viajar por un tiempo determinado, alejarse de las mascotas y dejarlas solas. Esto es un evento temido por los dueños, pero afortunadamente existen las residencias caninas, centros de cuidado donde la mascota puede pasar los días mientras su dueño vuelve a casa.
Existe gran cantidad de residencias caninas, así que se puede encontrar este tipo de servicios en Almería, donde son bastante solicitadas, o en muchas otras ciudades de España. Es necesario saber elegir entre todos estos servicios, para encontrar el más adecuado. Si se escoge el lugar perfecto, el perro disfrutará completamente de su estancia, con la certeza de que estará recibiendo la mejor atención.
El dueño y la mascota deben conocer el lugar
Hay que visitar previamente la residencia canina para asegurarnos de que todo es del gusto del dueño. Se debe revisar la higiene del lugar, no debe verse sucio. Además, se debe revisar si hay algún detalle que pueda afectar a la seguridad del perro, tales como huecos en las cercas por donde pueda escapar la mascota o bordes afilados con los que se pueda lastimar.
Es preciso visitar distintos lugares de hospedaje y guarderías de mascotas para comparar las opciones antes de decidir. Para que el perro también conozca el lugar y se acostumbre a éste, es una buena idea dejarlo en una residencia durante un fin de semana, así la mascota interiorizará el olor del lugar y le parecerá positivo. Además, puede ser un período de prueba para analizar cómo se comporta el perro después de volver del lugar.
Es importante hacer preguntas a los cuidadores antes de dejarlos en la residencia. Se deben conocer las rutinas diarias en el lugar, cuáles son los protocolos de acción si ocurre algún inconveniente, tales como peleas entre los perros o enfermedades caninas, entre otras eventualidades que suelen presentarse, cuál es la formación del personal que trabaja, si hay veterinarios de guardia, vigilancia nocturna, entre otros aspectos.
Además, se debe preguntar por los requisitos de vacunación, no solo para que nuestro perro los cumpla, si no para saber qué tan sanos estarán los demás animales con los que va a interactuar la mascota.
Verificar que los espacios sean óptimos
Algo a lo que se le debe prestar especial atención es al estado de los espacios donde va a convivir la mascota, deben cumplir los requerimientos mínimos de limpieza e higiene. Se recomienda que sean grandes para que el perro tenga espacio para correr y jugar, y que no se sienta encerrado, además de que estén bien ventilados para que se eviten malos olores y los animales disfruten de un aire sano y natural.
Además, se debería preguntar por un tour completo para ver todas las instalaciones. Si los cuidadores del lugar se niegan a esto, es un indicio de que no se debería dejar a la mascota allí. Esto sirve además para observar con detenimiento cómo el personal del centro interactúa con las mascotas.
Para finalizar, recordamos confiar en el sentido común y en los instintos. Si en algún momento se tiene una ‘mala espina’ con respecto al lugar, se debería buscar otra residencia donde dejar el animal.
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