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Henchido de orgullo y presunción, por fin hemos entrado en el libro Guinness de los Record como País más corrupto. Hemos dejado atrás a Siria, Somalia, Yemen… que no hacían otra cosa que tocarnos las narices y hoy en día, podemos alzar ese estandarte de la perseverancia y tesón hispano en mostrar al mundo esa idiosincrasia tan española y genuina del robo sin desconsuelo; el pillaje y el vivir a costa de los demás que confiaron en ellos que consta y es reminiscencia más actualizada y sofisticada de aquellos bandoleros de las sierras andaluzas que por lo menos hacían visible su trabuco. La emoción me embarga. Desde el último mundial de futbol de Sudáfrica, nadie se acordaba de nosotros. Siempre estábamos clasificados como País exportador de su cultura para quedarnos simplemente con el pan. Ahora por fin, ya somos alguien en el panorama internacional. El caso es que nuestros dignos patriotas, ya no se ocultan ni tenemos que escarbar para encontrarlos ya que hinchan pecho ante la Audiencia Nacional y representan una entrañable y emotiva secuencia que despierta el “génesis hispano” Nos hemos acostumbrado a ello. Sinceramente, abogo a que esto no se termine: Ya consta en nuestra tradición y no es plan de dejar aislada esas gestas de hábitos y costumbres tan española. La emoción, me impide seguir escribiendo… (Imaginarse una breve pausa…)
Ahora – más sosegado – y siguiendo la tradición que no respeta estratos sociales, tenemos a un “emérito” que hace méritos para engordar su fortuna en meritoria perseverancia poniendo en relieve que no se venga abajo esta idiosincrasia tan española en que le faltaba un detalle para acentuar esa tradición del lucro y el enriquecimiento personal, ya se trate de un personaje público, uno que nunca ha vivido al sol u otro que hace de su cargo político un oficio buscando prebendas. Ahora tenemos un emérito que tiene en su punto de mira varias “escopetas”. Hombre que cuando no está cazando, se pone una chilaba o pone el gatillo en cualquier lujoso Hotel cuyas sabanas ya han sido alisadas por una tal Corina precursora del Covid-69 que nos confine de nuevo. Que ha recriminado a periodistas de confeccionarle una caja de pino cuando el problema es estar más “vivo” que muerto, y que por matar un elefante - que incido en ello; no tenía ninguna culpa de que los Presupuestos Generales del Estado no salieran adelante – le tiro un tiro a la Casa Real. Comisiones por el AVE del desierto con paradas obligadas en los oasis que tengan cuatro palmeras como mínimo – gestor del Trafico entre Arenas – o exhiban dos camellos para que se construya un apeadero.
Desde el primer Borbón, Felipe V (apodado “el animoso” aunque la historia no refleja el porqué de tal sobrenombre pero viendo la estirpe creada, ya lo podemos imaginar y se quedaron corto cuando podían catalogarlo como “el fogoso”) cuyo reinado fue el más longevo en la historia de España con 45 años a sus espaldas hasta nuestros días interrumpidos por un periodo de tres Repúblicas hasta que “un fresco general procedente del norte” descolgó el sable, seguimos con la mismas directrices del enriquecimiento personal a costa de los demás y hasta en una pseudo-democrácia, se practica el genuino “deporte nacional de la exportación en metálico” a Países que muchos españolito de a pie desconocía en su personal Atlas.
Nada que criminalizar a nuestro emérito ya que ha seguido las directrices que nos hace cien por cien españoles. Aquello del que no corre…, Son nuestros genes patrioteros en que no nos apartemos del camino que el “animoso Rey” en su tiempo, ya nos dio la pista a seguir depositando las arcas españolas en Francia mientras cobraba diezmos a los agricultores importándole muy poco que su cosecha le vaya bien o mal. Ahí, se gestó la España de la “imágen y semejanza” y emanamos el fluido patrio para intervenir en los sacos ajenos.
Lamento no ser amigo del emérito y poder compartir el hecho de no pagar tributos al Estado depositando una corona en el mostrador, pero me traslado a los que confinados durante 50 días reclamando ayudas y consejos para paliar algo nefasto que el futuro nos ha castigado…, que hemos dejado compatriotas en la cuneta de la desolación sin familiares que lo protejan en su finiquito mientras el emérito obsequiaba a la Covid-69 con una fortuna que muy bien vendría a nuestras enfermeras, asistentes sanitarias y doctores retirados pero presentes; facultativos y laboratorios careciendo de ayudas donde un emérito podía depositar parte de su riqueza para paliar en parte a los que han arriesgado la vida por nosotros. Pero claro…, se trata de nuestro País donde en jolgorio perenne, tenemos el dicho de que “el muerto al hoyo…” donde el supuesto salvavidas de la indiferencia y resignación siempre lo tenemos dispuesto.
Juan Macelo
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