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La acumulación de residuos, abandonados, vienen a ser como la mala hierba, aparecen de todo tipo creciendo en los lugares más insospechados, contribuyendo a denigrar todo tipo de paisaje y salubridad.
En este caso, nos toca contemplar los plásticos, pero disponemos de un amplio panorama en el campo español, y no digamos, en la zona agrícola agredida, colindante con el Mar Menor,
Si además añadimos, otros casos denunciados por Medios Locales, Autonómicos y otras Instituciones, con posibles daños ecológicos colaterales, pudiendo afectar posibles vertidos a aguas subterráneas, junto a peligros de incendios, etc. tendríamos los ingredientes para una “Tormenta Perfecta”, para cualquier otro incidente derivado de lo anterior.
Pero permítanme tomarme la licencia de expresarles que lamentablemente, estas agresiones medio ambientales alcanzan mayormente a países del Sur de Europa, como Italia, y Grecia, además del nuestro.
El autor, viene siguiendo amargamente y con suma atención el hecho llamativo de que, una vez más, esta situación tiende a generalizarse en España, País, que durante varios años viene siendo el Estado Miembro más sancionado en materia de Medio Ambiente, sin soluciones aparentes efectivas por parte de las autoridades
Este ya clásico problema furtivo y clandestino, sufre de estancamientos ante algunos de sus responsables, levantándose en ocasiones “muros de silencio a su alrededor”, sin que el elemento coercitivo de las sanciones, haya servido para otorgarle solución.
El firmante de este Artículo de Opinión, a través de distintos Medios nacionales, vive muy de cerca estas experiencias, con sus diversos seguimientos y manifestaciones, conociendo a fondo el presente problema, ya que, por ejemplo, España, entre otros supuestos, detenta, como hemos manifestado, durante varios años consecutivos, el dudoso honor de ser el Estado Miembro de la Unión Europea más sancionado por infracciones medioambientales.
España, dispone esta última, de una amplia lista de antecedentes, además, de una Sentencia del TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA UNIÓN EUROPEA, desfavorable de 17.03.2017, por la existencia de 61 Vertederos Ilegales.
Pero los “VÍA CRUCIS MEDIO AMBIENTALES”, no acaban ahí.
Actualmente el Autor indaga por averiguar la situación de otros 1.513 VERTEDEROS ILEGALES, denunciados por la Comisión Europea, sin que se manifiesten sus ubicaciones en la geografía española, encontrándose con los habituales y anteriormente mencionados “escarpados muros de silencio”.
¿Pero quién es capaz de asegurar sobre esos 1.513, cuántos no se encuentran en la zona de Almería?
En escasas ocasiones los responsables de la Administración Local, expresan sus inquietudes ante la insolidaridad de algunos sectores incívicos, pero no es suficiente, ya que a corto/medio plazo, su proliferación resultará altamente preocupante, pues estas situaciones suelen resultar contagiosas en un orden “in crescendo”.
Prácticamente, no existe una “receta magistral” para eliminar este tipo de vertederos, salvo la responsabilidad compartida, junto a la cultura urbana y sus denuncias, valga cualquier ejemplo al uso.
Cámaras de Vigilancia (si existen lugares para su instalación), “drones”, y, sobre todo, más atención por parte de las autoridades, aunque repito, problema de difícil solución.
La creación de vertederos específicos, ampliaciones, etc. en terrenos municipales y su posterior sellado, podría aceptarse de forma provisional, pero no es la solución.
Las Plantas de Incineración, en su apartado especial, constituye la solución menos mala, siempre y cuando se construyan y mantengan como Dios manda, con la presencia de filtros especiales y potentes, especialmente recomendados para estos casos.
¿Pero qué hacer si carecemos de las inversiones necesarias?, ante un tripartito: Estatal, Autonómico y Local, los cuales se arrojan responsabilidades entre ellos, y los contribuyentes en medio.
Mientras tanto, nos toca seguir lidiando las desiguales contiendas en defensa de la salubridad humana.
Jesús Antonio Rodríguez Morilla
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