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Foto Archivo Representativa
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AUGC Almería viene denunciando reiteradamente las lamentables condiciones bajo las que los guardias civiles tienen que trabajar en la provincia, teniendo además que soportar la falta de medidas y de medios para hacer frente a la pandemia. A todo ello hay que sumar que se sufre una pésima comunicación con el Subdelegado del Gobierno, al rechazar éste en hasta tres ocasiones reunirse con nuestros representantes.
Pese a que se tiene conocimiento de los positivos de al menos cinco guardias civiles de diferentes empleos y escalas destinados en el Puesto Principal de Níjar, no se están haciendo pruebas PCR a todos los integrantes de la unidad, poniendo en riesgo la salud de esos compañeros, sus familias y vecinos.
No es la primera vez que el coronavirus golpea violentamente a la Guardia Civil de Níjar, y por las medidas adoptadas, no será la última vez que veamos un caso similar en la Comandancia de Almería. Resulta hiriente el caso del acuartelamiento de Níjar, dado el lamentables estado de las instalaciones, donde los compañeros no disponen de una ducha en el vestuario o en una habitación anexa, hay compañeros que ni siquiera disponen de una taquilla propia, compartiendo entre varios agentes una misma taquilla, en un mismo vestuario en pésimas condiciones sanitarias.
Si bien es cierto la colaboración con la Diputación de Almería y consistorio de la localidad para poder contar con una nueva dependencia, ésta, a todas luces, llega tarde, ya que no se puede soportar la carga de trabajo con estas instalaciones, siendo el responsable el Ministerio de Interior que se olvida de forma temeraria de sus FFCCSSEE para las que no hay medios ni medidas.
A la carga habitual de trabajo hay que sumar la llegada masiva de pateras, a la que los agentes se enfrentan sin suficientes EPIs, todo ello teniendo en cuenta que se realiza un trabajo doble innecesario, filiando, reseñando y realizando expediente administrativos, para que posteriormente la Policía Nacional haga lo mismo, hecho que en otras provincias más acostumbradas no se da como en el caso de las Islas Canarias.
En la actualidad cuando un guardia civil da positivo en Covid, su centro de trabajo no cierra, no se informa inmediatamente a los integrantes para que tomen medidas de prevención y se sigue trabajando normalmente. Luego se tarda días en hacer tests al resto de unidad, y la mayoría de las veces al mínimo personal posible, cuando es más vital la rapidez de toma de medidas, aun encima las desinfecciones pueden tardar con facilidad hasta diez días en realizarse o llegar simplemente a no darse. Por eso nos preguntamos desde AUGC: ¿quién protege a quienes nos protegen?
AUGC considera que la Guardia Civil está actuando tarde, escasamente y mal en la crisis del coronavirus, sin cambiar el modelo policial ni hacer turnos estancos, con lo que se aumenta exponencialmente el riesgo de propagación.
Se trata de una situación absolutamente inasumible en un Estado de Derecho y ante la que, además, deben sufrir el abandono de la propia institución a la que se sirve, o se implanta medidas importantes como un protocolos propios claros, como para las llegada a nuestras costas de migrantes con medios, personal y medidas o las consecuencias seguirán siendo ser fatales.
AUGC es la decana de las asociaciones profesionales y la mayoritaria en el Consejo de la Guardia Civil. Cuenta con representación en todo el territorio español, en cada una de las unidades y especialidades del Cuerpo y viene liderando el movimiento asociativo desde la llegada de la democracia, cuando nació como un sindicato clandestino. Su lucha por la democratización y la desmilitarización de la institución le valió en 2010 el Premio Nacional de Derechos Humanos que concede la Asociación Pro Derechos Humanos de España (apdhe).
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