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El caso es que un día te levantas de la cama y compruebas que tus calzoncillos dejan un inquietante huevo al aire y rumias las veces en que lo evidente te ha desnudado y te puede propinar unos garrotazos inesperados. Es un símil pseudo-aceptado cuando buscas trabajo: Engordas/cebas de manera desproporcionada el currículo y hasta alardeas de un inglés de su ministro del Interior. Luego, la evidencia te coloca en tu sitio y quedas como el futuro del Hotel Algarrobico ya que no superaste el Graduado y exhibe un inglés de chancletas que no te da ni para el “I like it” O te ligas a una chica y le cuentas que surgiste ileso y sin daños mentales después de escuchar a Carlos Herreras o que fuiste el Gurú que proporciono a Eduardo Inda un poco de cordura. La evidencia, está a punto de derrotarte.
Es cierto que a veces, la evidencia tarda mucho en asomarse y da tiempo a que la mentira/engaño cuaje y hasta se vuelve productiva en propio beneficio, pero a la larga, ni los tertulianos del 13-TV, te salvara, ya que lo evidente se hace presente y aporreara tu puerta poniéndote en pelotas…, y eso que la evidencia, suele llamar varias veces: Es consistente y resistente.
Hay un dato que viene a mi arcaica memoria: Fue cuando nuestro inquisidor euro-monetario, Rodrigo Rato, no dudo en enseñar entre rejas su tentador trasero cuando la evidencia lo dejo con el mismo al aire. Todas sus frases lanzadas a las nubes de la quimera hasta que la evidencia apareció por el horizonte y enseño su ramalazo de realidad. Sus números rojos que el trataba de camuflarlo y encima, se empeñaba en negarlas. Al final, la evidencia se impuso y se tuvo que ir sin haber tocado el libro “Economía para demasiado listos” en busca de errores que no fueran tan evidentes.
Rebusco en el pergamino que tengo alojado en la cabeza y atesorado por mi regadera para encontrar a un político de derechas que hayan trabajado diez horas confinados en una fábrica. No lo encuentro y pienso que no son tontos y que no aprenden más porque no les interesa. Viven mejor así; con engaños continuos; promesas que el aire lleva a otro sitio que no es otro que sus propios intereses y si alguna vez aparece la evidencia, muestran su sorpresa y la disfrazan con eventos solidarios y fraternos Lo importante es capear el temporal ocultando la evidencia…, como niños jugando con paletas en la playa. Siempre hay un aserto perdido o aparente para utilizarlo y encima, esos niños, quedan como mártires flagelándote por no aceptar esa evidencia del coñazo que supone el recibir la pelotita en la cara.
Lo dijo un ministro no hace mucho: “Gobernar, es repartir dolor” Creí en su momento, que se refería a que abandonemos las enseñanzas de Kamasutra para pasar al “doctorado” del Masoquismo. Más tarde – me convencí – que es que acaban por repartir el dolor de forma inversamente proporcional a la capacidad de sufrimiento. Mas o menos…, se aplica el látigo a quien ya está harto de recibir. A quien ya tiene el cuerpo rebosante de penalidades. Es evidente que la evidencia, en palabras de este ministro, no tuvo trabajo el tío.
Hoy en día, estamos gobernados por el “evidenciado” Sánchez y su evidente cortejo que no enseña el culo, pero si sus pelotas desvestidas por la evidencia que ya no puede ocultar aun amparándose en su buena predisposición. Que le da para cambiar el color a condición dejando a un camaleón sin tonalidad y vuelve a insistir que sus intenciones son buenas. Lo bueno sería que esos impulsos de regeneración política y social fueran tan evidentes como para no tener que rascarnos el bolsillo y muy cuidadoso que los calzoncillos no nos dejen con los dos huevos fuera y acogiera lo complicado y evidente que significa gobernar este País para – es su deseo – tratar de cambiarlo y ojalá lo consiga: No es fácil rebatir la evidencia.
En este 2021, pandemia incluida y evidentes mascarillas, ya han sacado a relucir lo innegable: Subida de productos básicos como la energía y carburantes, el IBI, las eléctricas sangrando al País, las bebidas azucaradas y un intento de penalizar en un 3,50% a los masturbadores compulsivos a través de Internet. (Los placeres en solitario se revaloriza y Amazon ya tiene en cartera su catálogo, “Hedonismo a Go-Go”) Es necesario acoger lo evidente para no tener que rectificar. Asimismo, se acata la realidad de lo evidente y se posiciona generosamente hacia los 66 pueblos de dominio PP que se han subido el sueldo un 30% mientras las pensiones se estancan en 0,25% que evidencia lo evidente y fácilmente accede a la providencia simplemente porque hay evidencias abstractas, pero también indefinida que suele ocupar los pensamientos de la persona que representa o maneja, caso de José Luis Moreno, aconsejado por su muñeco del rico Rockefeller. Si dejamos lo evidente y nos adentramos en lo surrealista, encontramos a Toni Cantó dirigiendo el chiringuito de la Oficina del Español graciosamente donada por la bruja Ayuso. La evidencia, tiene muchos caminos que a veces raya en la realidad, fielmente acompañada, muchas veces, del despropósito y otras, sucumbiendo en lo absurdo y grotesco.
Reformar lo evidente tiene de bueno el no tener que dar explicaciones. Con “esto es lo que dije y esto es lo que he hecho” es suficiente Lo malo son los componentes del Mercadillo de la Corrupción: Los que tratan de superar la evidencia de hechos y ciertos actos de bufonería ante un magistrado que no convence porque no hallan la forma de defenderlo. Otras veces la evidencia se torna en completo escenario viendo “composturas amigables” del inquietante reino de Marruecos. Muchos jóvenes se lanzan a la calle bajo la proclama de la libertad…, la libertad es no contagiar a los demás. También es de imaginar que el “evidenciado Isidoro”, aporte ideas y no como últimamente acostumbra: ¡Que cada frase que lanza, lo pone en evidencia!
Juan Marcelo
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