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La música antigua es un género que se presta a estimular la imaginación de la audiencia, ya sea por la utilización de instrumentos que cayeron en desuso hace cientos de años, o por el halo misterioso que suscita pensar en aquellos paisajes sonoros donde fueron tañidos, tales como catedrales de inmensas vidrieras, salones cortesanos de grandes espacios para celebrar banquetes, o campiñas verdes con riachuelos donde los enamorados corren al amor con la misma velocidad que los colegiales corren de los libros. Imágenes construidas sobre los pilares reales que la música antigua ofrece.
Anoche en el Castillo de Santa Ana, durante el tercer concierto del Festival de Música Antigua Mare Musicum de Roquetas de Mar se pudo vivir uno de esos momentos mágicos de construcción de un pasado idílico a cargo de ‘Armonía Concertada’ que, con sus voces y sus vihuelas de mano trajeron a la fortificación roquetera el estilo de vida humanista de la sociedad de finales del siglo XV y principios del siglo XVI a través de las melodías del compositor franco-flamenco JosquinDesprés.
El trío argentino compuesto por la soprano María Cristina Kiehr, el tenor Jonatan Alvarado y el vihuelista Ariel Abramovich presentaron con un programa titulado “En el divino aposento: Iusquin en cifras para cantar y tañer” una propuesta basada en los libros de vihuela publicados en España durante el Renacimiento, donde la textura polifónica abandonaría la formación de tres cantantes por cada voz, para quedar reducida a la vihuela y a dos voces cantadas.
Si hay una palabra que pueda resumir el recital de ‘Armonía Concertada’ sería ‘íntimo’, dos voces que salen a pasear por el contexto palaciego que ofrece la vihuela de mano y que a través del contrapunto y la imitación ejercitan sus juegos amorosos sobre las melodías de Josquin. No cabe duda que la propuesta de éste trio sobre las composiciones de Després, quisieron acercar al oyente hacia esos aposentos privados y salones de la nobleza y burguesía hispana del siglo XVI.
Durante el concierto, ‘Armonía Concertada’ abandonó momentáneamente sus propias versiones de las obras del autor franco-flamenco para traer a la sala la música de dos de los grandes vihuelistas españoles de la época, Luis de Narváez y Miguel de Fuenllana, quienes atraídos por la música de JosquinDesprés, realizaron arreglos sobre las obras ‘Benedictus MissaMilleregrezt, a 3’ y ‘Milleregrezt. La canción del Emperador, a 4’, siendo ésta última una de las obras favoritas de Carlos V.
Mientras Abramovich señalaba la importancia que tuvo la vihuela en España en un tiempo en que el laúd era un instrumento dominante en Europa, quiso señalar que entre el público que llenaba el Castillo de Santa Ana, se encontraban dos de los “más grandes constructores de vihuelas del momento”, Paco Hervás y Carlos González Marcos, luthier afincado en Aguadulce.
‘Armonía Concertada’ cerró su recital de la misma manera intimista con la que lo inició, interpretando un ‘Stabat mater dolorosa a 5 voces’ y tras los aplausos y silbidos de júbilo de un público entregado, a pesar del calor, el trio argentino concluyó su pasó por el festival Mare Musicum con la obra ‘Nymphes de Bois’ como si quisieran hacer un guiño a ‘Nymphes, nappés’ con la que empezaron el concierto, siendo las ninfas las que dieron al público la bienvenida, y la despedida a ese espacio íntimo que fue el Castillo de Santa Ana en la noche de ayer.
Para la sesión de esta noche actuará la Joven Orquesta de la Escuela de Municipal de Música (EMM) de Roquetas de Mar. Como ya adelantaba Juanjo Salvador, el toque roquetero debe estar presente en la agenda cultural del municipio y esta joven orquesta dará cuenta de ello en el Festival de Música Antigua Mare Musicum como colaboración didáctica, interpretando ‘Vivaldi Concerto’, un programa que abordará las obras del compositor italiano. Este recital comenzará a las 21:00 horas. Asimismo, el lugar del concierto se trasladará por esta noche a la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen en Aguadulce. Volviendo el jueves 14 de junio a su horario habitual de las 21:30h en el Castillo de Santa Ana.
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