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Liderados por Michael Thomas aparecieron sobre un escenario diferente, ubicado y engalanado para la ocasión en el Centro de la Fundación Unicaja en Almería, el resto de miembros del cuarteto de cuerda de la Orquesta Ciudad de Almería. El cuarteto estuvo formado por Michael Thomas, Violín; Salvador Esteve, Violín; Ángela Calero, Viola; y Paloma García, Cello. Lo hicieron, además, acompañados por el prestigioso guitarrista José Carlos Gómez, un engranaje que elevó la música al más alto nivel ante un público que finalizó la noche del jueves a bordo del navío que los cinco músicos embrujaron para que, todo aquel que pasase por allí, navegase al dictado sensorial de las cuerdas. Una imposición musical que campó a sus anchas por los sentimientos y los pensamientos de los asistentes durante el concierto y, sin duda, también después del mismo, porque el arte fluye en el interior de todos aquellos que lo sienten, tanto músicos como público.
Fue una tarde noche en la que las emociones se sucedieron dentro y fuera del escenario con dos obras muy potentes dentro del panorama musical: ‘La Muerte y la Doncella, de Schubert’ y ‘Pasaje Andaluz’, José Carlos Gómez.
‘La Muerte y la Doncella de Schubert’ fue compuesto en 1824, es uno de los cuartetos de cuerda cumbre en la historia de la música por su profundidad, su exigencia y su nivel compositivo.Para el tema principal se basó en un lied suyo anterior, titulado La muerte y la doncella, D. 531, con texto de MatthiasClaudius, compuesto en el año 1817, y que incluyó en el segundo movimiento.
El tema central es el de una joven moribunda cuyas reacciones ante la inminencia de su fin, ante la presencia de la muerte, componen el segundo movimiento y da nombre a toda la pieza. Schubert pasaba un periodo muy complicado de su vida, negando el amor y la amistad, preso de sífilis y terriblemente débil, y quedó reflejado en el carácter de esta obra.
1. Allegro
2. Andante con moto.
3. Scherzo. Allegro molto. Trío
4. Presto
Pasaje Andaluz
Concierto para guitarra y orquesta, José Carlos Gómez.
José Carlos Gómez es guitarrista, compositor y productor nacido en Algeciras (Cádiz), un músico global que ha recorrido el mundo con su guitarra y cuyas composiciones han interpretado artistas de fama internacional. De carácter abierto a nuevas influencias, reconoce con orgullo que en su sello compositivo lleva impreso su lugar de origen. Y es que el contacto diario con el mar, los sabores exóticos del continente vecino, sus músicas, las experiencias vividas en su trayectoria, y la herencia de una tradición guitarrística sin parangón, hacen a José Carlos Gómez heredero de un legado vital de una riqueza extraordinaria que se traduce en su obra Pasaje Andaluz.
‘Pasaje Andaluz’ surge de una propuesta de Raúl Olmos, director del Festival Internacional de Guitarra de Morelia, quien pidió a José Carlos Gómez la composición de un concierto para guitarra y orquesta para ser estrenado en 2018 en el propio festival. Éxito absoluto de crítica y público, se ha convertido en una obra requerida tanto en salas de conciertos como para banda sonora de trabajos audiovisuales de cine y eventos como “Cádiz Bienmesabe”.
«Algeciras» está escrita a ritmo de pasodoble y, debido a su fuerte acento argentino, en ocasiones podría parecer que estamos frente a un tango. Es la introducción perfecta a este mundo creado por Gómez. Con una exigencia técnica e interpretativa de primer nivel para el solista, propone pasajes brillantes para el intérprete, pero siempre en sincronía emocional con la orquesta.
«Morelia» es mucho más reflexiva. Comienza con un solo de guitarra, a modo de campanas, al que se unen primero los vientos y, posteriormente, las cuerdas. La música va adquiriendo cada vez más carácter español, en un crescendo progresivo que cede espacio a la orquesta. El autor profundiza en la emoción que experimentó ante la pérdida del Maestro Paco de Lucía para este movimiento. Conforme se acerca el final, la música adquiere un carácter épico.
«Mar del Sur» se trata de «un viaje desde el sur de España hasta el sur de México como si viajáramos un ave que planea». Hay una introducción de la orquesta sola, relajada y melódica, que poco a poco va cobrando más cuerpo junto a la guitarra, para terminar en lenguaje puramente flamenco, que nos traslada de nuevo a nuestra tierra, a la tradición, a la sal, al respeto y a la belleza.
Ayer escuchamos esta obra en su versión para solista y cuarteto de cuerda, sencillamente, un placer absoluto para los cinco sentidos. Una forma fantástica de olvidar el ajetreo de la vida diaria por un tiempo y sumergirse sin condiciones en el hechizo de la música. Un concierto para demostrar, una vez más, que la Orquesta Ciudad de Almería roza cotas muy altas en cuanto al panorama musical nacional. Una referencia desde el sur.
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