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La Asociación Amigos de la Alcazaba continúa desarrollando actividades que combinan siempre la puesta en valor del conocimiento de la Historia o el patrimonio, pero siempre desde un prisma crítico y reflexivo que aporte nuevas visiones a los discursos oficiales. En plena consonancia con esas premisas, el pasado viernes y en colaboración con el Museo Arqueológico de Almería, organizó una nueva conferencia, que corrió a cargo de la catedrática de Prehistoria y Arqueología y vicerrectora de la Universidad de Granada, Marga Sánchez Romero bajo el título ‘Prehistoria de mujeres’.
La presidenta de Amigos de la Alcazaba, María Teresa Pérez, aseguraba en la presentación que “la historia de las mujeres ha dejado de ser una anécdota, aunque sigue habiendo ciertas reticencias a destacar el papel histórico del 50 por ciento de la Humanidad, y quizás sea la Prehistoria el periodo donde más cuesta romper los mitos que ha transmitido la historia tradicional. Hay quien afirma que cuando se trabaja con mujeres, se está haciendo política con la Historia, pero dando la vuelta a esta afirmación hay que preguntarse si en realidad no hace más política quien niega la importancia de las mujeres en la Historia. Por ello la aportación de la arqueóloga Marga Sánchez es fundamental para revisar el papel de la mujer en esta fase de la Historia que es la Prehistoria”.
Bajo el título ‘Prehistorias de mujeres’, homónimo de su exitoso libro, Marga Sánchez descubre cómo el discurso de la invisibilización de las mujeres en la Historia comenzó con el nacimiento de la arqueología en el siglo XIX como disciplina científica, que marcó la visión de las mujeres en la Prehistoria y la justificación de las desigualdades. Marga Sánchez apuntó que “la Arqueología se constituyó en ciencia coincidiendo con el movimiento sufragista, que no sólo reclamaba el voto sino también incorporarse a los círculos de decisión. Y el relato arqueológico, que hacen los hombres del XIX, va destacando elementos que ensalzan el papel del hombre frente a las mujeres, como la importancia del trabajo del metal frente a la cerámica, las sociedades griegas y romanas frente al mito de las amazonas salvajes de Herodoto… Ni siquiera el paso del tiempo o las distintas corrientes interpretativas de la Historia han cambiado nada. Ni el procesalismo o el materialismo histórico cambiaron nada. Eran miradas distintas, pero con los mismos conceptos”.
Marga Sánchez afirmó que “en el discurso que se ha construido de las sociedades prehistóricas, las mujeres han ocupado un lugar secundario, que la ciencia no se ha preocupado por entender y explicar en profundidad hasta ahora, cuando el feminismo reivindica el papel fundamental de las mujeres en la Historia. Se hace necesario que la mujer sea representada en los discursos con los que la Historia interpreta los hechos ocurridos”. Calificó de “injusto y falso” este oprobio con el más ilustrativo de los ejemplos: “si una niña visita un museo arqueológico cualquiera, ve hombres ‘haciendo cosas’, con armas, cazando, pintando, y la mujer no se representada… se lo cree, porque piensa que está hecho por gente ‘que sabe’. Sin embargo, si un niño hace el mismo recorrido puede verse identificado, con sus antepasados, con su padre, o sus familiares… Y esto tiene que cambiar”.
La historiadora compartió que “me hice feminista en el momento que trabajaba en mi tesis doctoral, a la que dediqué cuatro años. Me di cuenta de que había fallos en lo científico. ¿Quién puede asegurar científicamente que la mujer no participaba en la caza, que no pintaba o que no fabricaba instrumentos?”.
En el recorrido compartido de forma sucinta y que se desarrolla con mayor extensión en su libro, la catedrática hizo referencia a aspectos relacionados con las llamadas Venus prehistórica; la manipulación que representa la famosa serie de dibujos animados “Los Picapiedra” como ejemplo de todo el discurso interesado: hombres haciendo el trabajo duro, mujeres estilosas en el hogar y con un amplio equipo de electrodomésticos del hogar): la visión reduccionista de la prensa, que llevó a titular un hallazgo vital con titulares como “la sacerdotisa en minifalda”… Además de resaltar, más allá del reduccionismo, la importancia que tiene el cuidado o la alimentación, “porque las innovaciones, los avances, el ingenio o la tecnología también era necesaria para garantizar la supervivencia”. Para concluir que “la mirada feminista mejora el conocimiento sobre las sociedades, porque una sociedad sin mujeres no puede ser nunca completa”.
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