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Lepanto
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Shidow
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Un año y dos semanas después Lepanto volvía al punto de partida, aunque mucho más rodados y demostrando unas tablas y un directo mucho más empacado y conseguido si cabe que la ocasión anterior. La banda almeriense actuó anoche en el Teatro Apolo para cerrar lo que ha sido su ‘Spectrum Tour’. Una gira que casi comenzaron en octubre de 2022 en el mismo escenario y que le ha llevado por varias ciudades y localidad de España con una buena colección de canciones de pop rock melódico, igual de pegadizo que de consistente. La cita, en el marco de la programación de otoño puesta en marcha por el Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería, contó con los jiennenses Shidow como banda de apertura.
Desde luego, si se trataba de pasar ‘El Duelo’, que así se llama su trabajo más reciente y que tantas satisfacciones y buenas críticas había recogido en los medios especializados, la prueba está más que conseguida. Manu Carmona, bajista, vocalista y autor de los temas, ya no ‘está acompañado’ del resto de músicos (Pepe Atienza a las guitarras y teclados, Ángel Peñalver en la guitarra y Borja Tijeras en la batería) sino que Lepanto ya se puede considerar una banda de pleno derecho, sonando como un armazón indivisible, fruto del rodaje experimentado a lo largo de este año, que ayer despidieron por todo lo alto.
Las canciones ayudan, de eso no cabe duda. Lepanto bebe de las fuentes clásicas del pop rock nacional. Podemos encontrar trazas de la parte salvable del pop de los noventa y su sobriedad. Esa estética retro que deslizan en las pantallas spectrum y en las proyecciones como las inolvidables peleas del videojuego ‘La Isla de los Monos’ se completa en la música cuando se lanzan a versionar las muy conseguidas y personales adaptaciones a “Dalí” de Mecano o “Yo Soy Aquel” de Raphael. Pero tampoco son ajenos a su tiempo y esa capa de nostalgia titila cuando las teclas le aportan aires de sintes como los de la psicotrópica y contundente “Adicción” o el rap incluido por Rofo Lôquemor en “Tu Tiempo”.
Tras la intro “Load”, llegaría “El Final” canción que ha ganado hechuras con esa coda enérgica que conectó bien con “Escaramuza” con ese gusto a guateque setentero y los riffs vieja escuela de “Mi Capitán” preludiarían la versión del “Le Tour 95” de Ángel Stanich. Juguetona con pequeñas síncopas y un estribillo más veloz, el concierto continuó con ‘Lírica’, donde se evidenció otro de los elementos clave del sonido de Lepanto, que es el enorme trabajo de armonización en coros vocales aparentemente sencillos pero muy arriesgados.
La triunfante “Dalí”, con bellos aderezos funkys, “Tu Tiempo” y su rap bailable, “Pretérito Imperfecto” y su medio tiempo más introspectivo avanzaron la noche hacia una mejorada revisión del “Palabras Más, Palabras Menos” de Los Rodríguez. Para el tramo final quedarían el gran single “Hazlo” y las mencionadas “Yo Soy Aquel” y “Adicción”. Para el final quedaría “San Martín” enlazado con la coda de “El Final”, volviendo al concepto del cierre de círculo. Para los bises se reservaron la gran y esperada noticia, puesto que interpretarían “Tornado”, adelanto de lo que será su próximo trabajo de estudio con el que darán continuidad a las muy buenas sensaciones que han trasladado con su fantástica y meteórica evolución en poco más de doce meses.
Shidow, rock de ascendencia americana
La noche de música en directo en el Apolo la abrieron los linarenses Shidow. Una banda que, aunque relativamente joven, está formada por músicos bastante curtidos en experiencias previas, habiéndose dedicado prácticamente toda la vida al mundo de las canciones.
Shidow es una formación liderada por Javi Hernández, veterano frontman que inicia una etapa más reposada tras el paso por Automatics. Se acompaña de Jaime García a la guitarra, Ricardo Ortega al bajo, Francisco Carrasco a la batería y José Enrique Mañas a los teclados. Llegaron al Apolo con nuevo disco bajo el brazo y recién sacado del horno, ‘Home’, aunque sólo interpretarían cuatro temas del mismo: la cadenciosa y melódica “She Is My Life” y la ligeramente épica “Hurricane”, ambas en el tramo final, y al comienzo “Our Time” y “Vaviloms”, que completarían en el arranque con las pretéritas “Crying Eyes”, “Buffalo”, “Travels” o “Lovers Dance”.
Tal y como ellos han explicado en muchas ocasiones, Shidow crea canciones honestas que nacen, muchas de ellas, de evoluciones de otras anteriores y que terminan plasmando en un universo sonoro donde coquetean de una manera elegante y sincera con lo mejor de la música americana. Al escuchar sus canciones uno se siente transportado por momentos a conciertos de Wilco, de The Jayhawks o de Ryan Adams. Su “Revolution Day” sirvió para cerrar una actuación en la que se mostraron agradecidos y satisfechos por el recibimiento que les otorgó el público almeriense del Apolo.
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