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El amor por la música clásica se ha extendido en la sociedad almeriense, y uno de los promotores es la Agrupación Musical San Indalecio, que forma y cuida a los jóvenes talentos en su escuela y las diferentes formaciones. La Banda Sinfónica ofreció en la tarde de ayer, sábado, un espectacular concierto, el especial de verano, en el que sus integrantes demostraron la calidad que atesoran y su pasión por la música. Los más de 120 músicos interpretaron un programa muy técnico, que solventaron con maestría, a pesar de su juventud.
Fue muy especial, pues para la ocasión han contado con el director invitado para el concierto, el estadounidense Dustin Barr, profesor de la California State University, y el solista de bombardino Raúl Sabiote, que ha compartido el sonido especial de este instrumento de la familia viento metal. El concierto está enmarcado en el programa del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería.
La Banda Sinfónica San Indalecio comenzó por un pasodoble de concierto titulado “Pasión Andaluza” de Miguel Ángel Mas Mataix, en el los músicos supieron visualizar sus alegres melodías y ritmos festeros. Continuaron con “Harlequin”, una obra para bombardino solista y banda, del afamado compositor inglés Philip Sparke. Espectacular Raúl Sabiote como solista.
Raúl es músico de la Banda San Indalecio desde temprana edad, después de realizar su formación en el Conservatorio Profesional “Julián Arcas” de Almería y en el Conservatorio Superior de las Islas Baleares de Mallorca, se trasladó a Lucerna (Suiza), para continuar su formación. Ha ganado numerosos concursos de interpretación, incluido el primer premio en el concurso de Juventudes Musicales España, siendo el primer bombardinista en conseguirlo. Tiene un presente y futuro espectacular, como demostró en el concierto de anoche.
La Banda San Indalecio continuó con un clásico de la zarzuela como es “La Torre del Oro”, del maestro Gerónimo Giménez, y siguió con uno de los platos fuertes del concierto, el estreno de la obra “Sincronía Nº1 en Si bemol”, del compositor valenciano Josep Miquel. Una obra que resume su trayectoria como compositor, con varias citas a sus obras más representativas y que representa a la perfección su estilo. Un composición de nuevas y modernas sonoridades, en la que la Banda Sinfónica sobresalió por su capacidad para interpretar a la perfección el tempo y los matices de esta obra.
El broche de oro fue la interpretación de la primera parte de las “Danzas Armenias” del laureado compositor Alfred Reed, uno de los compositores más prolíficos para bandas de música. Una obra con continuos cambios de ritmo y combinaciones tímbricas, en la que el talento de los jóvenes músicos de nuevo brilló, recibiendo los aplausos de un público entregado.
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