El parlamentario autonómico por el PSOE de Almería Mateo Hernández Tristán ha desvelado que la teleconsulta médica está ralentizando aún más la atención sanitaria y “maquillando”, de ese modo, el tiempo de espera para el especialista. Actualmente, ha asegurado, “se están tardando hasta tres meses para que un especialista de hospital pueda analizar la petición que le realiza el médico de atención primaria tras valorar al paciente, algo que está ocurriendo en distintas especialidades médicas”. Sin embargo, ha indicado, “hasta que no se resuelve esta teleconsulta el paciente no se incorpora a la lista de espera”.
A estos este tiempo de espera “hay que sumar las demoras actuales para las citas para una especialidad, que son de más de un año en Cardiología o Neumología en el hospital La Inmaculada de Huércal-Overa o cerca de un año para Dermatología en Torrecárdenas, entre otros muchos ejemplos, lo que a todas luces supone una auténtica barbaridad”.
Además, para el dirigente socialista, este sistema implantado por Moreno Bonilla “cuestiona la capacidad diagnóstica de los médicos y médicas de atención primaria” y ha recordado que en la etapa anterior del Gobierno socialista “cualquier paciente iba a la consulta con su médico y si era necesario ya salía con su cita para el médico especialista hospitalario, cosa que ahora no sucede”.
Para Mateo Hernández, “por mucho que el Gobierno andaluz se esfuerce con su propaganda en hacer ver a los almerienses una realidad sanitaria diferente” la situación es, al contrario, que “existe una notable falta de profesionales, citas y unas listas de espera disparadas en las que, además, el PP hace trampas a diario”.
El diputado socialista ve una “obviedad” comprobada por todos los andaluces “excepto por el Gobierno de Moreno Bonilla” que la sanidad pública “se encuentra ahora peor que nunca a pesar de contar con más recursos que nunca” y le ha reprochado al presidente andaluz que, mientras estos sucede en el sistema público, el PP en la Junta derive casi 700 millones de euros en 2025 a la sanidad privada “en vez de utilizar esos recursos para reformar la sanidad pública con más profesionales y mejorar sus condiciones laborales”.
