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Con el cuento de que el sistema de pensiones es insostenible, el Gobierno del PP se está preparando para asaltar a los pensionistas actuales y futuros. Porque en la práctica, el 0,25% de revalorización mínima de las pensiones anunciado por el Gobierno es un asalto a mano armada en toda regla.
El PP escoge muy bien las cifras que hace públicas. Habla de un 0,25% de subida mínima de las pensiones, pero oculta que con esa ‘revalorización’ las pensiones habrán perdido el 20% de su valor real a la vuelta de sólo diez años. Ésa es la realidad.
Es una desvergüenza que, aprovechando la crisis, el PP pretenda acabar con el sistema público de pensiones y sustituirlo por planes privados de ahorro. Porque, que no nos engañen: lo de la falta de sostenibilidad no es más que una falacia que está siendo utilizada como la excusa perfecta para abocar a los futuros pensionistas a un callejón sin salida, en el que sólo podrán contratar un plan de pensiones privado o asumir que morirán en la pobreza.
Conviene aclarar que el actual déficit del sistema de pensiones no es estructural, sino coyuntural. De hecho, si se analiza el equilibrio en términos de ciclo económico, todavía estaríamos muy lejos de incurrir en déficit. Entre 1996 y 2010 el sistema produjo un excedente de 115 millones de euros, casi diez veces más que el déficit acumulado en los años 2011 y 2012. Además, los desequilibrios que, en estos dos últimos años, viene presentando el sistema se explican por la inmensa destrucción de empleo que se ha producido en nuestro país como consecuencia de la errónea política económica que se está aplicando en España y en Europa y de los efectos de la Reforma Laboral. De hecho, desde que el PP llegó al poder, hay 900.000 afiliados menos a la Seguridad Social.
Por lo tanto, en lo primero que habría que ir pensando para corregir la situación actual es en derogar esa Reforma Laboral que tanto daño está haciendo a nuestro mercado laboral. Por otra parte, no tiene mucho sentido emprender una nueva reforma de las pensiones cuando no se ha dado tiempo aún a que dé resultados la última, que está en vigor desde enero de este año. Pero es que, además, si queremos volver a abordar cualquier reforma del sistema de pensiones, deberíamos buscar el consenso, tal como hemos venido haciendo en este país desde hace 20 años, en el marco del Pacto de Toledo.
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