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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sigue cumpliendo la tradición de los últimos años y ha vuelto a disfrutar las fiestas navideñas con su familia, en Pontevedra. El presidente volvió a escoger como base su piso de Sanxenxo, en primera línea de playa, donde estuvo acompañado por su mujer y sus hijos. En Nochebuena cenó en casa de su padre. En Navidad comió en casa de su suegra.
El presidente disfrutó en su tierra natal de unos plácidos días de retiro, según cuenta la prensa gallega, con la paz propia de quien se ha dejado todo listo en Madrid. Efectivamente, todo estaba preparado para la traca de recortes con la que íbamos a despedir 2013.
Con nocturnidad y alevosía, el Gobierno del PP aprobó en los últimos días del año toda una batería de recortes, dirigidos, como siempre, a los sectores más débiles de la sociedad. Además de la drástica subida del recibo de la luz que ya sabíamos que iba a llegar con el año nuevo, hubo sorpresas día sí y día también.
Hagamos recuento. El 26 de diciembre se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la orden que retira a los jóvenes su derecho a la sanidad pública si permanecen más de tres meses fuera de España. En otras palabras, a la juventud española desterrada en el extranjero por la falta de trabajo, Rajoy les quita el derecho a ser atendidos en la sanidad pública.
Cuatro días más tarde, el día 30 de diciembre, también se anunciaba vía BOE una subida de los topes del copago farmacéutico que pagan los pensionistas, justificada, supuestamente, por la evolución del IPC. Es decir, Rajoy decide que las pensiones se actualicen por debajo de lo que sube el coste de la vida, pero a los medicamentos que tienen que comprar los pensionistas sí les aplica esa subida. Ver para creer.
Para empezar bien 2014, el día 1 de enero el Gobierno aprobaba, también por la puerta de atrás, una reforma de la administración local cuyas duras consecuencias iremos comprobando en los próximos meses.
Rajoy ha utilizado las Navidades para dar varios pasos de gigante en su programa de recorte de derechos. Aquel programa que negaba tener cuando se acercaban las elecciones y que ahora nos desayunamos día sí y día también. Esperemos que la racha no dure mucho más. Pese a todo, feliz 2014.
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