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Creíamos que esto de la mayoría absoluta era una cuestión baladí. Nada más lejos: la tendencia a gobernar por decreto ley, y este gobierno lleva unos cuantos y muy determinantes, es producto de asumir la mayoría absoluta no como una oportunidad para contentar al mayor número de ciudadanos, sino como un salvoconducto para hacer lo más conveniente para un sector de la población para el que, curiosamente, no ha sido su fuerte la democracia, precisamente. El electorado de derechas de toda la vida es sociológicamente un remanente del franquismo, una gente a la que la dictadura no le molestaba demasiado y que no tenía especial interés en cambiar de eso que se solía llamar “régimen”, no por contraste con un régimen democrático sino por ser el régimen el modelo impuesto por la fuerza tras la Guerra Civil.
Por mucho que el PP se aferre, sobre todo los jóvenes, a no querer saber nada de la historia reciente, es manifiesto que sus gustos, predilecciones, decisiones y, sobre todo, sus rutinas vienen a recordarnos, a los que ya tenemos unos años, los procedimientos autárquicos, que el PSOE anterior, por su bien, disimulaba porque hacía concesiones a la galería y, más concretamente, porque no solían ser tan cerriles como éstos, aunque había por ahí algunos ejemplares de los que más nos vale olvidarnos… pero el caso era el mismo -> mayorías absolutas que hacían y deshacían a su antojo, y a fuerza de practicarlo, convinieron en lo rentable que podía ser el bipartidismo para el ejercicio del poder: de lo conveniente que es tener dos grandes partidos que se alternen en el poder, decían; en un juego de quítate-tú-para-ponerme-yo.
Y hete aquí que la gente se cabrea de tanto decreto y tanto recorte y se planta en modelos alternativos como ese de Podemos y se funden todas las bombillas de repente. Cómo seguir con el rollo del ordeno y mando, pues cambiando la Ley Electoral por otra ya a la medida y así perpetuarnos en el poder. El PSOE se desmarca porque dice que es muy precipitado, pero no dice si después habrá que hacer algo parecido. El PP, que ya se ha puesto las orejeras que les ponen a los caballos para no ver a los lados, ya ha echado a andar sólo. Cambiarán la Ley, no dudéis de ello porque a estos chicos si les quitas la fusta empiezan a ver visiones como esa de la España que se hunde o la más peligrosa: la de alguien tiene que arreglar todo esto. Qué creíais, ¿que la democracia es la última palabra?
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