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El 6 de mayo, el fotógrafo almeriense Antonio Jesús García, Che, presenta en MECA Mediterráneo Centro Artístico su nueva exposición que bajo el título Danzad, Danzad, Malditos, nos ofrece una visión singular de territorios urbanos en los que el denominador común de las quince fotografías que conforman la muestra, es la captación de la fugacidad del tiempo cotidiano. En la exposición, comisariada por Fernando Barrionuevo, contemplamos detenidamente las escenas con las que diariamente nos cruzamos pero que por los propios ritmos acelerados y aturdidos de nuestras vidas, ni nos fijamos o ni tan siquiera las vemos.
Es una pausa a nuestra memoria que ahonda en la similitud muchas veces, en otras, en lo contrario, de los costumbrismos contemporáneos.
Un collage de espejos y reflejos sociales que circulan a nuestro alrededor y que como una danza incansablemente agotadora nos arrastra hacia los continuos olvidos.
MECA Mediterráneo Centro Artístico
CHE, DESENCADENADO
Adolfo Rosillo Herrera
He de confesar que no he visto las fotos. No como es debido. Menos aún para escribir sobre ellas y presentar esta exposición con el trabajo reciente de Antonio. Reconozco mi atrevimiento y si lo hago es porque creo que la ocasión lo merece. No porque Antonio sea mi amigo, o porque yo quiera aprovechar para daros la chapa. Lo sensato a todas luces habría sido dejar el teclado a alguien más capacitado. Pero no es momento de ser sensatos. No, si lo que quieres es ver el trabajo de Che. Para poder hacerlo adecuadamente, hay que estar preparado. Os contaré como pretendo hacerlo yo, por si os sirve la receta.
Para empezar, hay que deshacerse de toda esa basura visual que suele rodearnos. Cual vikingos, hemos de entrar en la sauna antes de la batalla y sacarnos la roña fotográfica del HDR, dejar que el vapor limpie nuestros ojos de filtros digitales. El agua helada del lago nos devolverá a una realidad que tiene sus propias reglas, esperándonos para que las descubramos, sin ayuda de ninguna bola mágica.
Despejados, es momento de escuchar. Los ojos escuchan. La realidad es un instrumento que nuestra mirada toca. Sólo hay que saber ver dónde están las cuerdas, qué sonará si con sus líneas y sombras armamos un acorde. A dónde nos llevarán sus simetrías y variaciones, cómo encontraremos cierre a sus ausencias.
Ahora somos ese joven samurai arrogante que se impacienta con el maestro de té. Antes de morir en duelo, éste se demora haciendo lo que mejor sabe. Ordenar el caos. Escuchar el ritmo secreto. Sentir el pulso. El impaciente se marcha sin entender nada.
Ahora podemos mirar.
Antonio Jesús García pertenece a esa estirpe de artesanos de la espada, que no necesitan arma para cortar. Su cámara sirve para eliminar lo que sobra sin perder el filo. Como uno de esos ronin, ha estado retirado en el bosque, en el desierto, y ha vuelto. Desencadenado. Dejando panorámicas como tajos, cirugía de la visión, atenta a encontrar la carpa entre los cambiantes reflejos del estanque.
Ya estamos dentro.
Si hemos comprendido, nos estaremos reconociendo en esas fotografías, sentiremos esa descarga. Es una especie de nostalgia. Hemos estado ahí, respirado ese aire, mirado ese escaparate, cruzado ese aparcamiento, esperado en ese semáforo. Es lo que vemos fuera de la galería lo que no entendemos ahora. Como el emperador en el cuento, vemos que el maestro se marcha en sus imágenes, dejándonos con la vista perdida, buscando volver a ese mundo del que nunca nos debimos marchar. Somos como esos personajes de Tarantino, que para recordar tienen que usar un arma. No podemos ser sensatos si queremos volver a ver. Che nos ha dado la pista: para salir de esta jungla de simulacros hay que atreverse a rasgar la visión.
Vamos, yo ya me he puesto el chandal amarillo.
CRÉDITOS
ORGANIZA
MECA Mediterráneo Centro Artístico
DIRECTORA DE PROGRAMAS Y PROYECTOS
Rosa Muñoz Bustamante
COMISARIO
Fernando Barrionuevo
SEDE EXPOSITIVA
Sala MECA, Almería. C/ Navarro Darax 11
COMUNICACIÓN
TqPlusArt
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