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¿Es posible contar una crisis humanitaria tan desgarradora como la de los refugiados en un teatro conjugando sátira, humor e ironía? La autora y directora Pilar Barberá lo ha conseguido con ‘Los que vienen’ que se estrenó, en la noche de ayer, en el Teatro Apolo de Almería. Alrededor de 350 personas disfrutaron durante una hora y media con esta obra del grupo Los Rizaos Teatro, que aplaudieron durante la obra y varios minutos al final en pie. La crisis de los refugiados es una realidad difícil de ignorar incluso para el teatro. En esta ocasión, Pilar Barberá ha querido jugar con la sátira para narrar cómo la sociedad, los medios de comunicación, las personas e incluso las ONG´s abordan este tema. Una obra disfrazada de comedia astringente conducida con humor y ligereza; en esta ocasión, su autora ha cogido por los cuernos un asunto tan grave como es el de los refugiados.
‘Los que vienen’ es un programa televisivo de cámara oculta y graba –en cuatro escenas- las reacciones, pensamientos y sentimientos de diferentes personajes sobre los inmigrantes y los que huyen de la guerra para buscar refugio o para sobrevivir. Una pareja de presentadores de televisión aparecen sobre el escenario y dan paso a la primera escena: ‘¿En tu cama o en la mía? protagonizada por dos hermanas algo peculiares y una vecina que colabora con una ONG encargada de buscar un hogar a los refugiados. El humor e ironía están presentes, en todo momento, en este sketch que, a su vez, pone sobre el escenario una situación muy actual y que se repite cada día. Las dudas, miedo e ignorancia que las personas tienen a la hora de acoger a exiliados en sus casas. Y de las dos hermanas se pasa a una segunda escena conducida, esta vez, por una madre y un hijo. En ‘El olor de la miseria’ prima los diálogos chispeantes, la hipocresía y el descaro de una madre que trabaja con inmigrantes a los que, aparentemente, considera sus iguales.
A continuación, ‘Lo que nos sobra’ es la tercera escena que entra en acción, en la que una madre rica y frívola mantiene una conversación con su hija solidaria y comprometida. Las ONG´s que te abordan en la calle, el dinero, la ropa importada de otros países y la fama son los temas de discusión entre ambas. Una historia que habla sobre el negocio que anda detrás de todo eso y las formas de apaciguar conciencias. La última y cuarta escena está protagonizada por los dos presentadores junto a su hija. Una puesta en escena en la que se lanza una crítica directa a la postura de los medios de comunicación ante esta situación para aumentar la audiencia y, en la que se introduce el rol de una niña aparentemente desorientada. Personajes enredados en un presente común, pero distintos sustancialmente, ya que vivían realidades opuestas bajo el mismo techo. Por debajo del argumento, que gira sobre el programa de televisión ‘Los que vienen’ y los refugiados, bulle asuntos como: la doble moral, el comportamiento asocial, el daño irreparable que produce la hipocresía, las mentiras y la violencia íntima en el hogar. De las pinceladas de la paleta humorística se pasa a un final sorpresivo, en delirante crescendo, que expone la radicalización extrema de jóvenes desorientados poniendo el punto y final a la obra.
“Hemos utilizado los elementos justos y necesarios para contar la historia, no más, junto al de los actores, su compromiso, su corazón y entrega total desde el primer día de ensayo. Me inclino hacia las historias que nos lleven a la reflexión y, si fuera posible, a la acción contra lo que está sucediendo. Esta obra habla de las sensaciones, emociones y relaciones que genera el conflicto de los refugiados. Para algunos un problema imposible de resolver, para otros un lacerante grito de auxilio que hay que atender y para muchos una amenaza que hay que destruir” argumenta la directora.
‘Los que vienen’ no deja indiferente a nadie. Lo que sus actores pusieron en escena –bajo la dirección de Pilar Barberá- estuvo arropado desde el principio y hasta el final por un público totalmente entregado. Historias protagonizadas por personajes rematadamente peliculeros siempre dispuestos a escapar de la realidad por los altos barandales de la ficción. En definitiva, esta obra recuerda que el teatro es como la vida misma y que nada de lo que pasa por su escenario nos deja impasibles. Detalles que chirrían en una dirección y producción con una vocación muy clara: el compromiso social.
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