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Coincidiendo con la última piedra colocada en la pirámide de mi Diosa egipcia favorita, Ananka, me hallaba yo en el Instituto de Melilla. Nuestro profesor, Don Erudito Eru Dito, tenia verdadera fijación en la lectura: “Leer…, nunca paréis de leer” – nos aconsejaba: “Un papelito que os encontréis en la calle, una etiqueta de una toalla, un sello de Correos…y si no habéis entendido la leyenda de ese sello, volver a repasarlo” “La base de vuestra cultura no es saber cómo masacramos a tribus con el mal llamado Descubrimiento; quien fue el primer hombre que después de darle por culo subió en globo o a seguir a profetas de cinco estrellas (léase, obispos, cardenales y demás caverna) que en un alucinante credo, os impide ser personas normales: La base de vuestra cultura es leer lo actual para preparase y labrarse un futuro que signifique un dogma real en tu ilusión y posterior consecución ya que la batalla de la vida y su permanencia, puede ser competitiva y hasta incruenta”.
Incomprensiblemente, llego al día a día y no solo me conforme con leer sino que encima escribo lo cual me lleva a la intima reflexión que hubiera sido mejor seguir con la lectura.(Sabio consejo de mi regadera) A veces, empiezo un articulo y no sé cómo terminarlo pero observo el miedo y el terror que me produce Cristóbal Montoro cuando sonríe y eso, siempre contribuye a darme una idea de cómo finalizarlo lo cual lo he considerado a Montoro como mi “musa imaginativa impuesta” en base a los impuestos literarios que tiene la propiedad de rearmarme aunque hay veces, admito…, me desarma.
Escribí hace tiempo sobre las personas con síndrome de Imperfecciones Mentales y termine el artículo finalizando el escrito dedicado al Congreso y su influencia en la sociedad. Personas con ese síndrome adentrándose por esa puerta bien protegida por leones. Todo porque analice, en exhaustivo seguimiento, que esas personas que dictan normativas y Leyes con ese síndrome en el Parlamento, nunca fallecen de cáncer. (Es real)
Escribí sobre Albert Rivera y ni Montoro me salvo: Termine el escrito plasmando las delicias de contemplar las Metamorfosis de las Ranas Viudas y el compendio de fogosos sapos de la charca en posesión de una Orden de Alejamiento.
La “Pirámide de Rajoy” fue un éxito total: No porque empezó dicha estructura por el techo sino que la hizo rectangular que fue precursora en su disposición para la futura sede del PP. El Faraón de turno, tuvo la deferencia de arrojarlo a los cocodrilos de Nilo pero muy cuidadoso, (en un conato de benevolencia) que dichos cocodrilos sean sagrados. Hasta los cocodrilos sagrados, rehuyeron y desecharon el menú. Rajoy no dejo nunca de recordar ese gesto y traslado esa emotiva faceta eliminando cocodrilos pero engordando otras estructuras más al día al que le llamo, “Caimanes Piramidales” alegórica referencia a arquitectos dedicados a devorar hasta la bolsa de los acarreaban las piedras.
Puse a Falete, Kiko “Gorila” Rivera, Carlos Herrera y Ana Botella con su café con leche como la excelencia de nuestro marketing comercial como Marca España, y me aplaudieron la idea mientras otros (falto de consideración) me echaron los perros a los que llamaban, Eduardo Inda, Paco Marhuenda y Rafael Hernando. Querían mi escarmiento pero no les salió bien: Reflejaba dignidades patriotas digna de toda consideración, respeto y garantía en los Mercados Internacionales y recibí a través de Facebook compasivos mensajes con direcciones de Centros Psiquiátrico donde me pondrían al día. Otros, mas piadosos, que dejara de escribir y me dedicara a leer secuencia que viene a mi memoria el consejo de mi profesor Erudito. A todos ellos, le he participado mi agradecimiento pero…, Que leches…! ¡Voy a seguir escribiendo hasta que no vea a un ex Diputado trabajando 10 horas en una fábrica! Seguiré dando el coñazo al Carnaval de orondos “Santos que Almuerzan” hasta que no los vea en un Gimnasio haciendo penitencia por su comportamiento dedicado a embaucar y atemorizar a una parte de la sociedad con cuentos y cantos extraños. Saber el cargo que ejerce Javier Arenas en la dirección del PP después de que haya sido visto comiendo higos en una palmera. Cuando recorten el presupuesto de Defensa, me dedicare a cuidar de mis geranios que tengo guardado en una botella de Jack Daniel,s. Optare por…
-¿Estás seguro? – ataja mi regadera con cierta indolencia mientras se lima con delicadeza sus agujeros – El Dios de los Sumerios, Sumando, te pedirá explicaciones cuando desaparezcas.
- ¡Ya sé que me tiene bajo sospecha pero me importa un huevo! – contesto rotundo pero intentando que no sea visible mi temor - Me cobijare –añado - en la sentencia del eminente filósofo, Don Pichardón de Pollardéz en su máxima: “Los escritores siempre buscan la verdad mientras los políticos tratan de ocultarla”.
Juan Marcelo
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