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Es bien sabido por todos que España ha estado atravesando una crisis económica.
Sin embargo, sus efectos a largo plazo en las vidas de la población son olvidados o simplemente ignorados en muchos casos.
Lo cierto es que el temor a perder un hogar por el que se había estado pagando una hipoteca durante años era algo palpable en la sociedad, y especialmente en los cabeza de familia situados en la clase media.
Ante esta ansiedad social fueron apareciendo empresas dedicadas a otorgar préstamos al por mayor, ayudando a la clase media a combatir la inevitabilidad de ciertos impagos que podían arruinar sus vidas y las de sus familias en cuestión de semanas.
Aunque ya existían previamente, poco a poco se fueron popularizando cada vez más los creditos sin nomina.
Es de este tema que queremos hablar, pues entre otras cosas, esa costumbre ha continuado y evolucionado hasta el dia de hoy, debido al panorama socioeconómico.
La prevalencia de los préstamos
Numerosos boletines informativos informan de que cerca de un 99% de la población española tiene alguna clase de libreta de ahorro, cuenta financiera u otra clase de afiliación con una o más entidades bancarias. Esto depende de si son autónomos o trabajan para otra empresa, de sus gastos y de su vivienda, entre otras.
De este porcentaje, un 63% dispone de alguna clase de tarjeta de crédito.
Cuando se trata de viviendas hipotecadas, las estadísticas del INE nos informan de que solo en Enero del 2019 ya hay más de treinta y seis mil nuevas hipotecas. Estas estadísticas también cuentan hipotecas para locales y otros espacios.
A lo que pretendemos llegar con esto es a que nuestra economía está basada en un sistema de pagos principalmente mensuales, del que dependemos para hacer que nuestros gastos sean sostenibles.
Ahí es donde entran los créditos sin nómina, otorgados por empresas que nos permiten afrontar imprevistos financieros sin acabar en desahucio o teniendo que declarar nuestra bancarrota por tan solo un par de impagos.
Y es que el peligro de dichos impagos es una realidad para cualquier español, como podemos ver por las estadísticas previamente mencionadas.
Posibles razones para pedir un crédito
Es un hecho que en ocasiones la economía nos juega malas pasadas, pero esta no tiene por que ser la única razón posible para pedir un crédito o préstamo.
Por ejemplo, si buscamos pagar la matrícula para un nuevo curso o las tasas para entrar en una universidad es una inversión segura el pedir uno de estos créditos sin nómina.
Si nos ha llegado una multa hace poco, o queremos hacer reparaciones en nuestra casa, estos créditos nos permiten un gasto versátil de un dinero que tendremos con seguridad en un futuro.
Esta clase de versatilidad es en lo que se apoyan las empresas que conceden préstamos de este tipo, bastando con ser mayor de edad, tener unos ingresos monetarios demostrables y rellenar un sencillo formulario online para adquirir nuestro crédito a los pocos minutos.
Al contar con este nivel de comodidad, unas cifras de concesión mayoritariamente altas (aunque varían según la empresa) y la posibilidad de elegir a cuantos plazos queremos devolver el dinero, es normal que cada día más personas estén utilizando los créditos sin nómina.
Préstamos ajenos a ASNEF
La ASNEF es la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito, la cual cuenta con una de las listas más grandes de morosos en España. Su funcionamiento es simple, si te retrasas en un pago con una empresa que pertenezca a la asociación, pasas a formar parte de la lista de deudores.
El problema con esto es que basta con que nos retrasemos en uno o dos pagos para que seamos incapaces de solicitar préstamos bancarios, acabando estancados en un círculo vicioso de negación económica.
Por suerte, con los planes de ‘’préstamos con ASNEF’’ que nos ofrecen algunas empresas prestamistas, podemos esquivar el problema presentado por la susodicha asociación.
En definitiva, los préstamos se han convertido en una ayuda económica versátil, necesaria y beneficiosa para nuestra sociedad y esperamos que ahora entendáis mejor el porqué.
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