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El dolor de cuello y espalda es muy común entre los deportistas, pero cuando no somos profesionales es muy probable que no sepamos a que se debe. Una contractura muscular se produce por un aumento de tensión en el músculo, cortando las fibras de este. https://saber-ok.com/ te enseña cuáles son los tipos de contractura y que tratamientos existen.
Personas con alto riesgo de sufrir contractura muscular
Según los expertos, una contractura generalmente se produce por el cambio brusco de un estado de reposo a uno de ejercicio fuerte. Para determinar que se está en presencia de una contractura, el dolor debe ser persistente e involuntario.
Es importante acortar que la aparición de una contractura no es limitativa de la edad. No obstante, si es cierto que suelen ocurrir luego de los 20 años pues las personas luego de esta edad son más competitivas. Sin mencionar que hacen más deporta y tienen mucha más carga tensional.
De acuerdo al grupo generacional, la localización de la contractura muscular puede variar. Por ejemplo, en hombres deportistas, son comunes las contracturas en músculos isquiotibiales, tensor de la fascia lata y los de la zona dorsal. Mientras tanto, en mujeres es más probable que aparezcan contracturas en cervical, diafragma y hombros.
Lo preocupante es son cada vez más altas las estadísticas de contracturas en cervicalen niños de edad escolar. Las causas de este padecimiento son una mala alimentación aunado a pasar mucho tiempo rente a un aparato tecnológico.
Tipos de contracturas musculares más frecuentes
Hay que señalar que no existe como tal una clasificación de las contracturas. Sin embargo, si hay formas de distinguirlas según el momento cuando aparezcan (durante o después del ejercicio físico) o bien, si estas acompañan a otra lesión.
Contractura defensiva o postraumática
Estas son contracturas que se producen por un impacto. Enseguida el cerebro activa el músculo adyacente con el fin de proteger las estructuras más sensibles. Generalmente, este tipo de contracturas viene acompañado con dolor intenso y desaparece a las 48 o 72 horas. La más común de estas contracturas es la que se produce en la cervical.
Contractura postural
Este tipo de contractura aparece por adoptar malas posturas o movimientos bruscos. Se producen de forma lenta, el dolor es leve a menos que haya otros músculos comprometidos. Los más conocidos son los nudos en el cuello.
Contractura por hipotonía
Son más conocidos como espasmos musculares. Su aparición se debe a que el músculo se encuentra débil y se somete a una contracción fuerte. En este caso, el cuerpo en autodefensa produce una contractura con el objetivo de evitar que las fibras se rompan. La contractura por hipotonía es la más común en la práctica deportiva.
Contractura por deshidratación
Luego de una ingesta excesiva de alcohol puede aparecer una contractura en el esternocleidomastoideo.Esta se evidencia en un episodio de tortícolis o rigidez cervical. El dolor es intenso ante cualquier movimiento y puede ir acompañado de mareos y dolor de cabeza.
Tratamiento y prevención de contracturas musculares
Vale acotar que ninguna contractura se considera de gravedad. Además, los síntomas pueden variar de acuerdo al paciente. Sin embargo, cuando aparece en la sala de urgencias una contractura en músculos romboides, el personal médico está muy atento pues puede confundirse con una crisis cardiorrespiratoria.
Para prevenir una contractura se recomienda adoptar una posición correcta. Y es que la mayoría de estos padecimientos se producen por malos hábitos del paciente. Por ejemplo, una persona que permanece sentara más de 8 horas en un escritorio debe realizar estiramientos cada hora. De esa manera evitará la aparición de contracturas en zonas frecuentemente usadas.
En el caso de los deportistas, es imprescindible realizar una rutina de calentamiento antes de empezar con las actividades forzosas. Gracias al estiramiento antes y después de la práctica deportiva relajará los músculos que han sido ejercitados.
El mejor tratamiento para una contractura es la prevención. Sin embargo, cuando ya el dolor ha aparecido lo mejor es aplicar calor seco por periodos cortos de hasta 15 minutos varias veces al día. Se recomienda acompañar este tratamiento con estiramientos controlados, suaves y lentos. Cuando el dolor ya ha rebasado los límites (crónico) y está acompañado por inflamación en la zona, es necesario aplicar tratamientos farmacológicos bajo prescripción médica.
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