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La Cumbre sobre el Corredor del Mediterráneo se celebra cada semestre y viene a chequear el estado de esta infraestructura tan urgente y necesaria para nuestra provincia. Es preciso recordar que un gobierno socialista el que planificó y decidió que Almería tenía que subirse a este tren y solicitó los fondos europeos correspondientes para este proyecto.
La última cumbre tuvo lugar en Elche el 28 de noviembre y lo que ha sido noticia es quién ha ido y quién ha dejado de ir, como si tener una mayor presencia nos diera más kilómetros de obras o fuera decisivo para agilizar los trabajos. Al margen de lo anecdótico, lo importante y clave en estos encuentros semestrales es conocer el estado actual de la infraestructura y su futuro inmediato de lo que da cuenta el Ministerio de Fomento, presente en estos encuentros.
A diferencia de otras cumbres, en esta última se había podido dar a conocer que las obras están en todos sus tramos adjudicadas o se está finalizando su trámite para inicio de obra por parte del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, Adif, dependiente de Fomento. La sociedad ha reconocido y ha palpado que la obra está ya en marcha y que 2020 será un año de obras que no cesarán hasta el 2023 cuando se finalice la misma.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado y adjudicado en 18 meses el triple de lo que hizo el Gobierno de Rajoy en más de 7 años; una época, la del PP, en la que Almería estuvo sin presupuesto para la alta velocidad y sin adjudicaciones. Se trata de una nefasta situación que trata de corregir el PSOE desde que Pedro Sánchez llegó a Moncloa y que, pese al escenario de incertidumbre y de falta de Presupuestos Generales del Estado, ha destinado 1.200 millones de euros para el tramo Almería-Murcia, además de sumar los tramos ya adjudicados y otros que están a punto de empezar físicamente, como los Arejos-Níjar o río Andarax-Níjar.
Pero a nadie se le escapa que este ritmo también hubiera sido mayor si gozáramos de estabilidad presupuestaria ya que los PGE para 2019 contemplaban una partida de 348,4 millones de euros sólo para nuestra provincia, además de las adjudicaciones ya en curso.
Lamentablemente las fuerzas de la derecha votaron en contra de las cuentas socialistas para Almería y fueron las únicas responsables de que nuestra economía y nuestro progreso sufrieran un retraso.
Esperemos que esto no vuelva a suceder y, por este motivo, es tan importante que el PP permita que Pedro Sánchez, líder del partido que ganó las elecciones el 10-N, gobierne y no se retrase, por tanto, más la formación de un gobierno que traiga la esperanza para esta provincia.
Con esa actitud irresponsable que tan sólo pretende poner trabas en el camino de la alta velocidad, los parlamentarios del PP por Almería están inhabilitados para exigir plazos, obras y celeridad en el AVE por varias cuestiones. En primer lugar, porque han sido testigos de cómo el Gobierno de Rajoy dejó a la provincia más de 7 años en blanco en materia ferroviaria y de cómo derivaba el dinero destinado a la alta velocidad almeriense a otros territorios, lo que ha lastrado nuestro futuro. Pero tampoco están legitimados a realizar estas críticas porque son responsables de haberse negado a votar los Presupuestos del 2019 que, con cifras en la mano, traían un impulso sin precedentes para este Corredor Mediterráneo.
Con estas y otras cuestiones sobre la mesa, la cumbre del Corredor de noviembre ha de analizarse justamente y sin populismos y recordando que en las celebradas desde 2012 a 2018 ni se nombraba a Almería porque, por culpa del PP, no había ni presupuesto ni compromiso: cero noticias sobre el AVE para Almería.
Todo esto ya ha cambiado y su transformación será más notable aún de la mano de un nuevo Gobierno que sea sólido y estable y que pueda seguir la senda del compromiso firme y decidido por esta infraestructura y por esta provincia que se marcó Pedro Sánchez en cuanto comenzó a gobernar el país. Los socialistas hemos conseguido reiniciar unas obras que ya inició otro gobierno del PSOE, el de Zapatero aunque quedaran en saco roto y eliminadas con la mano negra del PP, un partido experto en dar excusas pero ningún compromiso.
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