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“Habla Rouco de la pobreza intelectual que hay en la sociedad actual, a la que juzga de relativista y laica, y fijaos cómo entiende la Iglesia católica la homosexualidad: como un desorden objetivo en la estructura de la existencia humana, según el teólogo y ex Papa der herr Ratinger, adalid de Rouco. ¿Qué os parece el nivel de los teólogos…, qué os parece no ya cómo hablan sino cómo conceptúan, si es que hay diferencia entre una cosa y otra? La verdad, no tiene remedio en la Iglesia cuyo enemigo ya no es el diablo sino la Ciencia.
Cómo va ser exitosa y plausible una institución que se ha quedado anclada en el dogmatismo y la ignorancia, simplemente porque no admite otra versión del mundo de la vida que la que Dios ilumina. Este es el problema: quieren hacer cumplir el mandato de Dios, que no es otro que el inventado por los hombres. Por eso se meten en todos los charcos, prohíben cosas, se meten en nuestras vidas, en nuestras intimidades, en nuestro sexo, nuestra condición humana, en la educación, en el aborto, en la educación para la ciudadanía, y no han entendido que la sociedad civil no es su campo, sino el del espíritu.
Como dice el periodista Aguilar: la manía de los curas con el código penal, cuando tienen a su alcance algo más efectivo que todo eso: la condena al infierno; la que aborte, al infierno; el que la ayude, también al infierno; los que le aconsejen a abortar, pues al infierno también… y así sucesivamente, y no la manía de la ley de plazos y tantas zarandajas (esto último es mío). Puede que esto último lo toméis a coña, pero os aseguro que es la única verdad. Y la razón es muy simple, porque es lo que todos entendemos” (Escribía en este medio, el digital Almería 24 Horas, mi admirado Paco Campos García, doctor en filosofía y profesor de la UAL)
La Iglesia Católica, que llevaba cuatro meses sin “arengas espirituales” despierta de su letargo y empiezan a lanzar divinidades condenables de pandemias, plagas, catástrofes y demás calamidades porque nos hemos olvidado de su Dios y nos condenan al desastre a todos aquellos carentes de fe. Una de ellas, y la más significativa es que recemos para que la Covid-19 pase de largo a través de plegarias y consejos pero con mascarillas incluidas no vaya a ser que el “milagro” fracase. En plena paranoia, el inefable Rouco nos dice que “Satanás creó el comunismo” “Que el mal siempre ha invitado a pecar como lo hace Pablo Iglesias y sus secuaces” (Qué decir de este ejemplar en un piso de soltero de medio millón de euros y que tanto pecadores como ateos tengamos que contribuir a su sostén)
El caso es que San José murió. La engendrada por una paloma, murió, Jesús, murió. Uno se pregunta quienes escribieron esos datos que conforme una Biblia que tan bien les va a sus adictos. ¿Cómo llevan horadando durante dos mil años una materia de casos y hechos incomprensibles para la mente humana? ¿Escudarse en que los designios del Señor que son inexcusable cuando realmente son injustificables y hasta insostenibles?
La impunidad de la Iglesia Católica Española es que tienen más patrimonio que el Estado mientras en Francia y Portugal el patrimonio es del pueblo. La rapiña de la Iglesia está a la orden del día acentuando su crisis…,sobre todo, cuando a través de Redes Sociales lanzan mensajes como “es más condenable un aborto que una violación” “Masturbarse es una agresión al propio cuerpo” “Hay que quitarles el voto a las mujeres porque ya piensan por su cuenta” “Hay menores que desean el abuso y encima te provocan” “En ningún versículo de la Biblia dice que violar niñas es un pecado” “Implantar unos cursos para curar la homosexualidad” “La pandemia se cura con rezos y plegarias” “Exportar el modelo de los monjes del Valle de los Caídos al cementerio de Paracuellos” Infinidades de mensajes donde arcaicas sotanas heredadas del franquismo.
Caducos ministerios que vivieron a cuerpo de rey durante la dictadura, no cambian el mensaje viendo como nuevas mentalidades salidas del pueblo, pueden anegar su chiringuito. Antes llenaban sus despensas y ahora practican la dispensa a acólitos que siguen en su ignorancia particular. Que la “labor pastoral” se ha convertido en un “pasteleo” donde todo el ente eclesiástico está bajo sospecha. No se trata de acto anti-clerical, simplemente, con el paso de los años, me doy cuenta que los únicos salvadores con que contamos son gentes que no antepone su vida para salvar otras y encima, cuestionados, mientras, otros “salvadores espirituales” nos meten en un saco para que sigamos engordando sus alforja a costa de los Presupuestos Generales del Estado que pagamos todos.
Juan Marcelo
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