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Mi regadera, me comenta algo sobre la nostalgia: Incide sobre tiempos venturosos y felicidades secuenciales vividas pero que no engloba esa nostalgia momentos tristes y dolorosos que siempre tratamos de evitar recordarlo y es verdad. Quizás por ello, deseamos volver a esa etapa donde éramos felices y dichosos…, etapas que quizás no se vuelvan a producir ni mucho menos volver a promocionar para permanecer “estables”.
Sin embargo, al día de hoy, no se me escapa y recuerdo aquel submarino que ingenieros de la Armada Española crearon y trataron de ponerlo a flote con exceso de carga y resulto que dicho sumergible iba al fondo, pero no emergía. Se equivocaron en los planos y pusieron la escotilla en proa y la cocina en la sala de los torpedos lo cual equivalía a fallos de un mal diseño y nula confianza en el cocinero de turno. No escarmentamos de aquella “impronta tecnológica” y hemos fabricado un satélite que rellenó el vaso del despiste al confundir unos cables mal conectados y que según ingenieros espaciales se debía a errores humanos…, la simpleza de unos cables mal conectados achacable al fallo de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la (OTRA) (Organización de Trabajos Rotundamente no Accesibles) apela el fallo al indebido control y revisión exhaustivo del “producto” Es de resaltar que intervinieron ingeniero espaciales de la Universidad de Sevilla rescatados recién salidos de la romería del Rocío y la Universidad Politécnica de Cataluña surgido de una manifestación en contra del cierre de los bares lo cual hace factible y comprensible el cambio de cables en el satélite.
Dotado el ingenio de un GPS -muy similar al que en el mar del norte metió mi Frigo en un pantano y pude salir con ayuda terrestre – encargado de elaborar mapas, lugares donde son propensos desastre tales como inundaciones, incendios forestales, gilipollas recalcitrantes, terremotos y manifestaciones de jorobados reclamando la patente de los futbolines para ofrecer a las autoridades información actualizada cuando resulta que mandando exploradores hubiera resultado más barato y fiable que no los 400 millones de euros en un aparato donde confundieron los cables y exploto de lleno en cierta partida presupuestaria.
“Estamos apenados y se nos ha encogidos el ano ante este desastre” exclamaron fuentes de la misión espacial. “El cable rojo lo pusimos en el negativo y el negro en el positivo…, como nos sobraba un cable, lo pusimos en el tubo de escape y…” para añadir que “Todo ello, para no depender de tecnología extranjera y exponer nuestra bien cualificada sapiencia de métodos científicos espaciales” y terminar con “El objetivo principal ya está cumplido como es el reventar un satélite ya que capacita la excelencia de la industria española que ha generado un nuevo contrato para un nuevo lanzamiento desde la Guayana Francesa en que dicho contrato reza que ellos no tiene nada que perder aunque el ingenio les estalle en el culo…”
Es muy cierto que nuestra ingeniería está muy valorada allende fronteras…,”Muchos fracasos se necesitan para llegar a la perfección” – decía el filósofo albanés, Esnifhado Drogratha - y es cierto: Al éxito, cuesta mucho llegar y hay que accionar compromiso y amor propio de si un submarino no flota, un satélite no se resigna a abandonar nuestra atmosfera, un túnel que conecte Tarifa con Tánger, o un somero estudio si los telares con “lanzaderas” de Matesa coincidió con el lanzamiento del Apolo-XI, ya está a pleno estudio en futuras misiones lo cual convulsiona y previne al pueblo.
Muchas materias dignas de tener en cuenta por nuestros eruditos ingenieros que no cesan en su empeño de perfeccionar sus avances tecnológicos. Apoyo y soporte a nuestra gente en afinar y progresar en sus estudios para que sigamos siendo una potencia en ingeniería reconocida y muy valorada a nivel internacional pero necesitamos ingenieros que den con la clave de que los corruptos devuelvan el dinero robado; ingenieros de la mente humana que pongan remedio a una sociedad llena de dudas e incertidumbres; ingenieros de imagen para condenar a la portadora de un abrigo verde chillón en plena inauguración de un Hospital o expertos musicales analizando la impronta del ex general de la Armada, Francisco Vega en su aria de Fausto. Hasta es necesario que técnicos y peritos se dediquen a la busca y captura del hijo de puta que disemino la pandemia sobre nosotros y condenarle de por vida a ser el compañero espiritual del prior del Valle de los Caídos. Sabido es que la ciencia; el avance del conocimiento y tecnología ya exponen con más y mejores medios menos secretos, no se concibe que un submarino no emerja por exceso y por defecto o un satélite haga patente su rebeldía y se niegue a subir por un manual de desperfectos cuando es más fácil hacerlo perfecto.
Juan Marcelo
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