Desde Puerta Purchena hasta la Plaza de las Velas Almería fue ayer una fiesta, una marea de gente que nadie puede apropiarse en sus filas porque transpiraba independencia. Que nadie financia ni les proporciona uniformes ni cartelería de calidad como los políticos en campaña, ellos escriben sus mensajes con tizas y rotuladores sobre sábanas viejas o cartones, porque lo importante no es el soporte, es el mensaje, y ayer volvió a quedar claro, porque cada vez son más voces las que se unen en el mismo clamor, está claro que este movimiento no va a ser fácil de tumbar porque cada día es más grande, más fuerte y con mayor determinación.
Al parecer ahora lo importante es poner una cifra, y todos se están apuntando al carro de ponerla alta, ayer al final del recorrido, y cuando a mi ya empezaban a salirme alguna que otra ampollita en los pies de patearme varias veces el paseo desde Puerta Purchena hasta la Plaza de las Velas haciendo tomas de la manifestación, aventuré con uno de mis entrevistados si quizás habría entre 5.000 y 10.000 manifestantes, una cifra bastante abierta para no pillarme los dedos, pero el señor me miró escéptico y me dijo que eso era exagerado que tal vez entre 3.000 y 5.000. Bueno, hoy hasta los medios más reticentes empiezan a darme la razón y ya algunas fuentes apuntan a más de 8.000.
¿Pero es eso lo realmente importante? ¿Hay que anteponer las cifras a las demandas que hicieron posible esa congregación de personas? Por supuesto que es importante tener una estimación aproximada porque del apoyo y empuje que reciba este movimiento depende el caso que se le haga o se le pueda llegar a hacer por parte de políticos y mandamases, pero quizás sea más importante darle mayor relevancia a los mensajes, algunos indudablemente escritos con más rabia que sentido de la justicia, pero la mayoría de ellos son sentencias que nuestros políticos, 'el mercado' y las entidades financieras deberían apuntarse como un decálogo de buenas y malas prácticas.
Me parece fundamental destacar una frase, "Este movimiento no es violento" que tira por tierra el intento que durante toda esta semana anterior se ha hecho por desprestigiar el movimiento y tacharlo de antisistema con comparativos como "Kale Borroca", y en contraposición estas otras "Violencia son 5 millones de parados" o "Los desahucios sí son violencia", creo que en estas dos máximas se encierra una gran parte de la indignación que ha conseguido sacar a la calle a miles de personas en Almería y en toda España.
El problema no está en que el pueblo haya estado viviendo por encima de sus posibilidades y ahora no quiera o le cueste ajustarse el cinturón, el problema es que el cinturón del pueblo no tiene más puntos para ajustar, a algunos les han quitado ya hasta los pantalones, y mientras otros que se pasean con tirantes, chaqueta y puro les acusan de quejicas, y si se manifiestan de antisistema.
