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La continua tiranía que el ser humano ejerce sobre los animales se manifiesta en múltiples aspectos que cualquiera puede contemplar día a día. Pero quizás el que mayor rechazo puede causar en una persona sensible es el espectáculo pseudo-anormal taurino. Además de ejercerse un acto de abuso hacia un ser indefenso - como todo animal, no ataca si no es para defenderse - este se produce con la complicidad y connivencia de las altas instancias, de los medios de comunicación y del público que alienta jalea y apoya. "Torturar a un toro por placer, por diversión, más que torturar a un animal es torturar una conciencia” (Víctor Hugo)
Digo que el toro es un ser indefenso porque por muchas astas y fuerza que tenga jamás podrá vencer la escasa inteligencia del torturador de turno y el número y los medios que el ser humano va a poner en el ruedo para acabar con él tras ejercer unos cuidados y muy elaborados actos, que algunos llaman arte y estética, cuyo fin no es más que el ir destrozando su cuerpo poco a poco para así convertirlo en un guiñapo sangriento a merced del torero. "La llamada fiesta nacional es la máxima exaltación de la agresividad humana” (Félix Rodríguez de la Fuente)
Quizás alguno piense que el toro nace para morir en la plaza y que sin Fiesta en los ruedos la especie se extinguiría. Para cualquiera que respete a los animales el predeterminar a una serie de individuos para ser masacrados es como menos un acto de crueldad premeditada. “Soy absolutamente contrario a las corridas y sacrificio de un animal ya que son un espectáculo repugnante y abominable cuya crueldad imbécil es, para la multitud, una educación de sangre y lodo” (Emili Zola)
El toro de lidia es un bóvido cuya bravura no es más que la selección que los ganaderos han hecho a lo largo de muchos siglos y que han acrecentado incentivando sus rasgos violentos desde que el animal nace. Aun así, muchos toros de lidia son tildados de mansos al llegar a la plaza de toros y sufrirán aún más castigo si cabe posible. “Las fiestas de los toros son indignas de un pueblo civilizado y los extranjeros asistentes a dicho repugnante espectáculo se hacen cómplice de la barbarie española. Son fiestas reprensibles, crueles y dignas de ser extirpadas” (Jaime Balmes)
La declaración de ciudades y pueblos “antitaurinos” ha sido un paso importante para comenzar a demandar una verdadera revisión de lo que es cultura y tradición en España. A pesar de los esfuerzos que el mundo taurómaco está desplegando, la gran mayoría de la sociedad española está posicionada, claramente, en contra de las corridas de toros. “” Me enorgullezco de no haber figurado nunca entre la clientela de las corridas y martirio de toros” (Santiago Ramón y Cajal)
Un espectáculo cruel, sangriento y violento no puede ser considerado “Fiesta nacional” de ningún país que se considere civilizado. (Esa catalogación de “fiesta nacional” debió partir del imaginario idealista de un tipo que follaba poco) Los impuestos que todos pagamos no pueden seguir alimentando una fiesta basada en la crueldad y tortura hacia los animales. "Las matanzas de toros son un vicio de nuestra sangre envenenada desde antiguo” (Jacinto Benavente)
Los personajes públicos deben replantearse que imagen están dando acudiendo a las matanzas de toros, sobre todo si lo hacen de forma oficial y asumiendo el papel de representantes sociales esgrimiendo su total conformidad con costumbres violentas y sangrientas que hasta protagonizan su financiación a la tortura refinada de animales y completo acuerdo y convenio a esa explotación animal.
Estamos en una época donde tradiciones, usos y costumbres, se van eliminando debido a que cierto grado de cordura, juicio y razonamiento recientemente adquirida, va eliminando esos hábitos tan ancestrales y atávicos. Aun, el camino no lo tenemos despejado debido a mentes retrogradas que insiste y encima intentan asociar un surrealista arte con el primor de la tortura a un animal…, dejemos pasar el tiempo – breve tiempo - a ver si la mentalidad, el juicio y reflexión se generaliza y se guarden los pañuelos y aplausos en los bolsillos…, la puerta grande se estreche para los payasos de grotescas vestimentas sucumban y expresen su “arte” con un pico y una pala.
Juan Marcelo
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