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El pasado día 11 de noviembre 200 almerienses comprometidos con las infraestructuras ferroviarias de nuestra provincia, nos concentramos junto al magnífico edificio de la vieja Estación del Tren, para reivindicar su supervivencia, para reclamar el uso que ha tenido durante más de un siglo, para exigir que lo que es una de nuestras señas de identidad mantenga la esencia de quienes la diseñaron y la construyeron.
Los almerienses ya dieron su respuesta ante el futuro de la estación a través de una encuesta que sacó la Mesa del Ferrocarril , y de una forma mayoritaria se decantaron porque siguiera siendo esa estación término de la podamos sentirnos orgullosos. Porque esta infraestructura es algo más que un lugar de paso, es la tarjeta de presentación de una ciudad que aspira desde siempre a acoger con sus mejores galas a los visitantes.
A la Mesa del Tren no nos gusta cómo se están desarrollando los proyectos que tienen que ver con nuestra antigua estación que, poco a poco, se va viendo rodeada de moles de cemento y cristal, que está siendo apartada de los usos ferroviarios, que ni siquiera tendrá la opción de recibir los trenes que lleguen en el futuro porque el Ayuntamiento ha creído mejor idea hacer una calle que prolongue la de La Marina y aísle de los tráficos ferroviarios nuestra estación.
La historia reciente nos muestra una Almería que no parece querer que los servicios ferroviarios recuperen las prestaciones de antaño, una Almería capaz de renunciar a la más bella construcción ferroviaria del Sur de España, arrinconarla y aislarla para un proyecto de tan dudoso interés social como es una calle, otra vía para partir en dos un sueño.
Pero los almerienses, reunidos en torno a la Mesa en Defensa del Ferrocarril, no cejaremos en el empeño que es el de la mayoría de nuestros ciudadanos: conseguir que los trenes lleguen a la vieja estación, que los viajeros atraviesen el extraordinario hall que ha recibido a cientos de miles de personas desde su construcción.
A la estación se le pueden dar muchos usos, aprovechar sus espacios para llenarlos de esa vida que se le ha escapado en los últimos años con la supresión de servicios. Puede ser escenario de la cultura de esta provincia. Pero por encima de todo es, y así debe seguir siendo, una estación con historia, con valores que la hacen única y el lugar al que deben seguir llegando los trenes, en el que los viajeros miren hacia arriba y admiren ese tesoro que algunos iluminados pretenden ocultar.
Así que seguiremos adelante con el lema de este día: La Estación se queda, y conectada…
MESA EN DEFENSA DEL FERROCARRIL DE ALMERÍA
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