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Cuando se aproxima la Navidad, me impongo una auto-terapia para soportarla con debida entereza. No es fácil: Agresiva terapia que hasta me induce a considerar que la pergamina Monasterio es mi Ángel de la Guarda. En estas Navidades, se acerca un mercadeo de Santos Inocentes en desorden como son el Sorteo de Navidad, el discurso del Rey, cuñados que vienen a comer y la momia Raphael inconsciente de que el fluido eléctrico nos está costando más que un pavo. Hay que estar preparado; los cambios bruscos pueden provocar cortocircuitos, y la Navidad, viene cargada de voltios haciendo las delicias de las Eléctricas - alma mater de nuestro “progreso - y algunos ex ministros añadidos, ex –presidentes, aliñando el pavo de la rapiña legal cuyos ocasos grises, es impredecible. (Siempre encuentran, los hijos de p…, una aurora; un alba donde asentarse en privilegios)
Esta tétrica Navidad, todo comenzó con una llamada de teléfono de Ain Oussara (Argelia) en “perfecto árabe” enrevesado de dialectos de toldos al Sol, de mi cuñado Aarhim, en que su nombre significa, en mi docta traducción; “lo más lejos posible”: “Oye, que el día 23 estamos allí” “Pero – conteste con un hilillo de voz, visiblemente acojonado – la Navidad es el 24. No hace falta que adelantéis vuestra llegada” “Ya – me replico– pero nos hemos adelantado. Estamos deseando verte para conocer si tu grado de gilipolleces ha menguado este año” y colgó. Cojonudo; me lo temía: de víspera de la víspera, colgar el teléfono y bajar tu autoestima, es el argumento más sólido de su llamada. Exposiciones unidireccionales, por supuesto.
Hace ya unos cuantos calendarios que estos días se me atragantan y me obligan a recordar otros, superados en el tiempo, de ilusiones recónditas de cantar “la patata cocida que me vengo achicharrando” pero bebiendo, cual “peces en el río” mi Jack Daniel,s a mi bola y cambiando la zambomba por un libro: Solo, y sin el ruido estridente de los cohetes que me presagian malos momentos y los asocio a otra innumerable predicción maya. Podría parecer que se trata de los mismos días señalados, y todavía me acuerdo. Éstos son muy diferentes y, sinceramente, peores. Ya vendrán los listos a denostar las nostalgias… ¡pues que les den! porque a mí me parece, y así lo sostengo, que la Navidad se va complicando con los años y va dejando por el camino jirones y harapos de lo vivido…, hasta llegar a turrones mal digeridos y la presencia de ventosidades que en estos días, ya estudia la NASA como energía de impulso a sus cohetes. Cuestionable y cuestionada de un rey con mensajes que no convence o de algún tuareg, estirpe familiar, donde previamente han dejado a sus camellos a buen cobijo en las cuevas de Oujda – frontera entre Marruecos y Argelia - y después se ponen a cocinar en España. Pero, luego, lo piensas…, y no: La culpa no es ni de de las celebraciones ni de sus consecuencias. Me temo algo peor: LA CULPA ES DE UNO MISMO EN QUE YA NO ES EL MISMO. Antes, añoraba sus presencias y ahora las temo. Es mi perfil domestico, que intuyo y me parece, que me roban algo usurpando mi recalcitrante soledad en que aun me pregunto él porque estoy sólo y una cuestionable intimidad en que no doy abasto a ecualizarla/definirla.
Antes, no reparabas en determinadas situaciones, pero ahora las detectas con el pasotismo trufado del cinismo y otras cumbres poco confesables. ¿A qué juega esa gente reciclada de golpe en personas amables como por arte de transmutación filosofal? ¿Cómo pueden sus sentimientos, habitualmente de plomo, transformarse en oro? Y, sin embargo, así es: El ambiente se llena de alquimistas voraces a tiempo parcial, hasta el día 6 de enero ¡Pero si hasta ese idiota de la Redacción del Heraldo de Aragón en Zaragoza que copiaba mis artículos y los hacía como suyo parece otro y se interesó por mi salud! ¿Ese vecino que lleva todo el año mirándome de reojo y en estos días me desea Feliz Navidad? Menos mal que no irá muy lejos el cambio: lo que dura Abascal en un Centro de Vacunación. A partir de enero, nadie te cederá el paso: Discutirán contigo que Van Gogh es la capital de Tahilandia. Qué Burkina Faso, es una marca de desodorante rejuvenecedor, y el vecino continuará con su tono borde sin perder costumbre de mirarme de reojo. La imbecilidad por el tiempo, y encima…, a destiempo.
Pero hay que pasarlas: Estas fechas, hay que pasarlas si queremos que haya otras, o si pretendemos llegar a las siguientes. Una vez más, excepto yo, será capaz de decirle al cuñado pesado que ese chiste los ha contado 28 veces y la primera vez que lo conto, fue en 1999. Todos “alabaremos” el pavo que, según el doctor cuñado de Trípoli, “especialista en Delicias Culinarias” que aderezo el pavo imprimiendo su Cocina Creativa y no vimos todos desconsolados en la Sala de Urgencias del Toyo amparándonos en su Alta Resolución. Aquella sobrina de Oran que se le olvido que entre las hebras de perejil, tenía escondida 6 Recetas Médicas caducadas y todas fueron debidamente trituradas y echadas al caldero del cordero sin un San Latrocinio que nos protegiera en que nos convirtió a todos - con cagaleras, sin previo aviso - en ateos convencidos. Duro como la cuesta de enero, entre enero y diciembre. Con todo, si hemos de ser sinceros, a alguno le vendrán bien estos días. Es bueno pensar que todavía quedarán por ahí personas –gente menuda, nuestros pequeños- que jamás dirían eso de que estamos ante una porquería de fechas. Es gratificante pensar que resta peña con ilusión de embarcarse en esta travesía familiar y salir bien parada mientras a otros familiares, como en mi caso, no se le ocurra otra cosa. (Un pulpo si patas o un pollo con las patas del pulpo; tradición culinaria)
Suena de nuevo el teléfono y no lo voy a coger. Seguro que son mis muchos acreedores deseándome un “Feliz Año” quitándome la idea de que me embarque en un cohete de Kim Jong-Un, por mi obcecación en no pagarles…, deudas contraídas donde reinaba Felipe el Hermoso.
¿Porquería de fechas? ¿Consumo desenfrenado? ¿Un Belén con Gaspar Zarrías como innovador caganet? ¡Una Cabalgata de Reyes sin la familia Pujol exenta de recoger “caramelos”? ¿Alicia Sánchez-Camacho escapándose del Zoológico? No sé, pero no osaré romper un tópico delicioso de infinidades de muchas familias que activan y movilizan sus nobles sentimientos, cariño y pasión hacia los suyos en estas fechas, de modo que… Felices Días a todos, aunque esa felicidad, no os permita poner la lavadora a las once de la mañana…
Juan Marcelo
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