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Sheridan Simove, “aplaudido” literato inglés, se propuso escribir un libro con el rimbombante título; “What every man thinks about apart from sex?” En mi ingle de chancletas, algo así como ¿En qué piensa cada hombre aparte de o del sexo?
Nada particular si no es por la sorpresa de que las doscientas tres páginas del citado libro; ¡¡¡estaban en blanco!!!!
Comprendo y eximo de toda culpa al tal Simove. El largo esfuerzo en escribir el título en la portada del libro acabo con toda idea literaria de lo que pensaba cifrar en el y optar por dejar esas páginas en blanco en espera que la Musa Dana alumbrara y diera luz a su iniciativa intelectual. No fue así y cansado de la impaciente espera, publico su libro en blanco sin tener el detalle de enumerar sus páginas. Detalle que, en mi opinión, debido a sus páginas de inmaculado blancor, pensó que así el lector no sabría porque número iba o que secuencia había dejado para el día siguiente al cerrar el libro. La “obra” también carecía – imagino, con malévola y aviesa intención de no portar una cinta roja separadora. Ni una breve reseña que indicara al lector donde había dejado aparcada su “lectura”. Todo dejado al esfuerzo imaginativo del pseudo-lector.
Al editar un libro de “tan atrayente y de minuciosa investigación” según la Editorial y palabras de su autor, añade que: “se basa en estudios prácticos que marginan toda ociosidad en los lectores” y concluye “de informar al mundo de actos y hechos relevantes”
Todo ello va “especificado” en un libro cuyo precio es de siete euros y no contiene ni siquiera un ¡hola! de bienvenida.
Pero no es una novedad que, en una sugestiva y llamativa carátula de un libro, abramos sus páginas y nos encontremos con que el reseñado libro este en blanco.
El Dr. Alan Francia, ya publico hace veinte años, un libro similar; “Todo lo que los hombres saben de las mujeres” (Por lo visto, hombres y mujeres son “culpables) y exculpan al autor de que un libro no tenga lectura; un renglón a seguir y no lo traduzca porque quizás el francés, aun procediendo del latín, lo consideraba “un idioma de mierda”)
El ultraderechista y prohombre del fascismo italiano, Matteo Salvini, publico un libro en blanco cuya portada indicaba por qué Salvini merece “confianza, respeto y admiración” bajo el seudónimo de Alex Green - que bien podía ser un domador de pulgas o un poeta en plena bacanal - y cuyas páginas estaban en blanco por lo tanto no se sabe nada de las virtudes de este conocido de la Liga Norte aunque conociendo las “cualidades” del tal Salvini, quién hayan comprado el libro, merece que los timen.
El filósofo griego Eyaculuus Precoz, conocido en el ambiente social heleno como el rápido “mete-saca” se propuso editar un libro que compilara todas las poesías hechas a su amada Galatea Promiscua. Otra fallida noche de amor con la misma, desecho tal proyecto, aunque fiel a sus principios, el libro salió en blanco, pero no su portada pidiendo disculpas a sus lectores. “Mi intención era escribir este libro, pero la vida te pega estos cambios que…” rezaba la misma.
Hace unos años, me propusieron un estudio de mercado para posibilitar las instalaciones de máquinas expendedoras de gambas congeladas en los Tanatorios Municipales.
Deseche tal asunto por la “frialdad” del proyecto.
Hoy en día, tal como está el “patio” y observando a diario por donde van las “nuevas innovaciones y tendencias literarias”, creo que obre con demasiada precipitación desdeñado el trabajo. No considere oportuno ni grato ese encargo, pero haciéndome eco de las noticias antes reseñadas, pienso que me equivoque no aceptándolo anteponiendo mi raciocinio a engrosar un núcleo social donde el cuerdo es la nota discordante.
(En mi caso, siento más horror en el folio escrito que en el blanco)
Juan Marcelo
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