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…¡Ahora que me acuerdo.-...! ¡Ahora que es previsible un desastre final!
El primer indicio de que el fin del mundo estaba fechado para el día 21 de Diciembre del 2012 me lo aclaro el Concejal de Contenedores y Basuras del Ayuntamiento de San Isidro. Hombre erudito en Revelaciones y Testimonios Ancestrales - cuya frustración, asegura, no haber sido ministro con Aznar -que asevero la predicción Maya de que el fin del mundo era en la fecha antes indicada.
Soy muy poco dado a ser predecible, pero esta vez si me propuse, de que si era el final de la existencia humana, que mejor que aprovecharla. “Veras como se salva Cristóbal Montoro” – me dije.
Me plantee la posibilidad de organizar una orgía que hiciera sonrojarse a los participantes de las bacanales romanas antiguas. Iban a quedar como una insoportable y tediosa terapia de grupo. Hasta Nerón aparecería como un torpe iniciado.
Para ello, tenia que constatar con mujeres de deseable cuerpo y agraciado físico. Varones discretos cuyo pudor no fuera muy relevante. (En todo caso, su indiscreción no llegaría al día siguiente) y todos conscientes y afines en aprovechar este ultimo acto en vida. Hacer extravíos carnales e iniciativas sexuales que no hemos tenido la ocasión y oportunidad de hacerlo siempre con la espada del pudor, vergüenza y represión señalándonos con críticas, perjuicios y condenas. El pensar en el molesto Destino que ha embargado nuestras existencias, quedaría desterrado. ¡El Destino es mañana! Era la ocasión de dar rienda suelta a nuestros fueros y fuegos más internos, íntimos y reservado. Deseos frustrados e insatisfacciones sexuales almacenadas en nuestro interior ecos de una educación/formacion sexual trasnochada y represiva. No habría nadie que pudiera condenar tales desenfrenos culminantes, (y si hubiera algún iluminado conocido que se hubiera salvado, aparte de Montoro, su pensamiento estaría, sin duda, dilucidando como Arturo Más o Menos, llego a ser Presidente de la Generalitat).
Salí de mi casa dispuesto y decidido a constatar con féminas y varones que en mi docta opinión pudiera dar la “talla” cuando un ramalazo de alarma se alojo en mi sien izquierda.
- Haces bien en especificar tu sien izquierda- corroboro con cierta sorna mi regadera ´- ¡La derecha la tienes paralizada desde que escribes!
- Obvio tu impertinente inciso y prosigo: El toque vibrante en mi cerebro, hizo retener mis pasos y afloro en mi las inquietantes preguntas de: ¿Y si mañana seguimos vivos? ¿Y si la predicción de los Mayas es un calco de un estudio hecho por los actuales asesores de Bankia? ¿Y si todo fuera falso y me convierto yo en un Celestino venido a menos? ¿Y si todo fuera un truco mercantil para acogernos todos a un nuevo producto de Preferentes Bancarias? En todo caso: ¿Qué opinión tendrían de mi esas mujeres y hombres consultados, cuando al día siguiente, rebosantes de vida, nos cruzáramos en el pasillo de gambas congeladas de Mercadona? ¿Cual seria mi futura relación-vecinal con ellos? ¿Me mirarían a la cara sin extrañarse ver reflejado en mi rostro un escaparate de Sex-Shop? Y todas las miradas condenándote y exclamando: ¡Con lo formalito que parecía¡ ¡No…si ya te decía yo que…! Debido a ello… ¡¡¡Hasta mis paseos por la playa iban a resultar sospechosos…!!!
Volví sobre mis pasos abatido por esos pensamientos. Embargado de tristeza y pesadumbre, me encamine hacia mi casa arrastrando una dolorosa frustración que no me ocurría desde que desperté de un gratificante sueño como integrante en una orgía organizada por Silvio Berlusconi. Una vez en ella, - en mi casa no en una isla- sentado en mi sofá y apagando las lucecitas y estrellitas de mi regadera que con delicado y exquisito gusto había decorado, (en represalia por su intromisión), fije mi vista en la habitación donde supuestamente habría que celebrarse dicha bacanal. Unas rebeldes lágrimas de impotencia humedecieron mis ojos. La desazón y aflicción, embargo mi cuerpo cuando comprendí que esos desenfrenos no los voy a disfrutar por un simple error de cálculo.
Nunca me arrepentiré lo suficiente de estar vivo. Sobre todo, por culpa de unos dígitos.
Esperare con cierta impaciencia otro proceso de datos más riguroso y fiable.
A ver si en las predicciones de los Aztecas, Incas o Rajoys, tengo mas suerte.
Juan Marcelo
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