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Firma Contrato Parque de las Familias
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Todo lo que emprenden las instituciones públicas se hace con el dinero que aportan los integrantes de una comunidad y, por tanto, la organización fiscalizadora no tiene otro cometido que mantener equilibradamente las aportaciones que luego formarán parte de los presupuestos que los partidos confeccionarán para que sean invertidos en servicios para que, de acuerdo con un criterio equitativo y distributivo, aquello que salió del bolsillo pueda ser transformado en diferentes servicios y equipamientos. Se ha cerrado el ciclo que va desde la imposición a la inversión. Ya hemos pagado lo que ahora usamos beneficiándonos.
Pero hete aquí que, una vez que todo está terminado y a punto de caramelo para que la ciudadanía se beneficie, aparece ahora un tipo, o una minoría organizada logística o estratégicamente, y se dedica a la conquista de ese bien, costeado con dinero público, para gestionarlo y hacer negocio, todo ello con el beneplácito de los representantes políticos que, en vez de velar por nuestros intereses y representarnos dignamente, optan por aplaudir a los mindunguis que se han encontrado todo hecho con el dinero de los demás, y terminan hinchándose y, además, si no sale bien la estrategia se van, dejando el muerto a la administración (palabra que sirve, en este momento de la historia, para homogeneizar todo lo perverso).
Estos listos de la película que hacen negocio con la materialización de un dinero que no es suyo, no exponen nada, a lo sumo cuatro ladrillos y unas brochas; sin embargo empiezan por tener un suelo (solar) gratis, una exclusividad, una ventaja y unas cuentas que no pueden ser controladas de cerca. Se llaman a sí mismos gestores, emprendedores, actores del servicio público, pero en realidad son ventajistas que nos hacen pagar para poder asomarnos a la puerta. Ya pagamos cuando se hicieron las infraestructuras y las estructuras y ahora pagamos o pagaremos otra vez por ir al medico, por la enseñanza, por hacer deporte, por aprender música y la próxima será por llevar los niños al parque…esa chorrada que bien rimbombante se anuncia como el parque de las familias. Un timo, todo esto es un gran timo.
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