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El ayuntamiento no dejará que me muera en paz, antes tendré que comprarme una hucha, (de los bancos, ya no me fío mucho...), y así ir ahorrándome y ahorrándole a mis seres queridos todos los quebraderos de cabeza que les generará el ayuntamiento de la capital con el servicio funerario que ofrece a sus ciudadanos.
Hace poco conocí las ordenanzas y tasas al respecto de los servicios funerarios, uno se siente joven, y piensa que tiene mucho que vivir, lo de la muerte es algo que sabes que está, pero no le das turno en tu pensamiento, por otro lado, es humano, muy humano.
Lo que ya no es humano, más bien vampírico, es el servicio que este ayuntamiento nuestro nos impone. El afán recaudatorio, el despropósito, y el clientelismo que existe en él, hace difícil creer que se trate y se hable de uno de los momentos más duros y dolorosos para las personas. Que hasta para poder morirte tranquilo, tienes que seguir pagando impuestos desde el cielo.
Un afán recaudatorio, incomprensible sino fuera porque es negocio para unos pocos a costa de los ciudadanos almerienses, que, como todos, en momentos de dolor, no piensan en el dinero, sino en el ser querido y tampoco preguntas, pagas.
Privatizar hasta el extremo este servicio, cuando debería ser responsabilidad y servicio propio del consistorio, dice muy mucho del pésimo sentido ciudadano que tiene el equipo de gobierno local, quitándose de en medio y dándole la concesión a una empresa privada. Ésta, no suele mirar sentimientos, sino presupuestos.
Según parece el equipo de gobierno hablaba de que la concesión a una empresa privada permitiría economizar recursos municipales, ¡claro, nos ha jodido!, lo que le cuesta pagar a la empresa se rebaja, pero al ciudadano le haces asumir los gastos directos derivados de esa rebaja al consistorio…no, si en asuntos de “dineros”, esta gente es rápida... ahí los tienes, incrementos de las tasas, creación de otras, de mantenimiento, de conducción, la lápida... por este camino, son capaces de montarte la orquesta del Titanic si con ello sacan beneficio.
Los despropósitos siguen, cada servicio funerario tiene sus propias características, cada actuación sea en el tanatorio o en el cementerio, tiene sus protocolos, que, dependiendo quien lleve el servicio funerario, estarás o no en sintonía con el consistorio, hay que ser, “uno de los nuestros”.
Y esto sí es preocupante, surge de nuevo ese clientelismo rancio y caciquil, con el apoyo exclusivo a un determinado grupo empresarial “de la muerte”, venido de no sabe dónde, no por amor a los almerienses, sino por el amor al dinero, hace que uno piense, que el “negocio” está en plena burbuja, en pleno “boom celestial”, y que desgraciadamente sin visos de pincharse.
Si tienen ocasión, miren el pliego de condiciones suscrito con la empresa que actualmente lleva el servicio, (de la anterior, mejor no hablar, nos ha costado a todos los almerienses “la vida”. En dicho pliego, entre las concesiones ventajosas, las reducciones de pagos municipales a la empresa, y la millonaria indemnización si hay incumplimiento por parte del ayuntamiento, les aseguro los únicos perdedores y pagadores somos nosotros, la protección y defensa sea jurídica o social hacia el ciudadano, brilla por su ausencia.
Mi mayor respeto y consideración a todos los difuntos y sus familiares, mi mayor crítica a un equipo de gobierno, insensible e inhumano, prepotente en sus formas y en sus actuaciones con sus conciudadanos, que sigue haciéndonos pagar por sus errores económicos y sus dislates políticos.
Ya me compré la hucha.
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